viernes, 29 de junio de 2012

Los muertos que vos matais...

o
Acerca de cómo se puede morir tres veces en un día
o
Crónica del relato de la triste muerte del maestro
Juan Alberto Badía









Anoche, jueves 28 de junio de 2012, asistimos a una serie de hechos patéticos que mostraron del modo más despiadado cómo, muchas veces, las personas menos sospechadas pueden quedar en el centrode los hechos más grotescos. Y más: cómo, las personas menos sospechadas, pueden también convertirse en el campo de batalla de intereses de los que ni siquiera forman parte.

Va, entonces, el relato de lo que fue sucediendo.


Ayer, a primeras horas de la tarde, se conoció a través de Twitter la preocupante noticia de que el locutor Juan Alberto Badía estaba internado en la terapia intensiva del Hospital Austral. Poco después se supo que la complicación de una neumonía lo había puesto en tal situación de gravedad.

Casi inmediatamente comenzaron a sucederse, por el mismo medio, rumores acerca de que se había producido su muerte. Claro que nadie lo afirmaba directamente: circulaban preguntas del tipo “¿es cierto que habría muerto locutor internado?”, o sugerencias del estilo “queridísimo locutor internado en el Hospital Austral podría haber fallecido”. De hecho, la primera referencia directa la dio el periodista Lalo Zanoni, y casi en cascada le siguieron otros, como Marcela Tauro y Nacho Goano.

Hoy es imposible reconstruir esos mensajes ya que, a la luz de lo que después sucedió, fueron borrados. Sin embargo, permanecen sus consecuencias: están las respuestas que eran enviadas justamente en referencia a esos mensajes-fantasma, cuya existencia puede inferirse a partir de ellas.

La única de estas personas que, sin embargo, no sólo reconoce la eliminación de los mensajes, sino que lo anuncia anticipadamente, fue Nacho Goano. De hecho, fue quien se comportó más dignamente en la asunción de su error: el único que hizo autocrítica, se disculpó y anunció que borraría sus twits como efectivamente hizo. A pesar de esto fue, entre todos los periodistas que comunicaron la falsa noticia, el más–si no el único en lo personal- que tuvo que tolerar ser insultado. Quizás porque los rápidos reflejos silenciosos de los demás ayudaron a que no quedara evidencia de que no había sido el primero, ni siquiera único. Y esto de que no fue el primero me consta personalmente: al menos entre los que yo leo, fue el tercero en escribir la falsa noticia, detrás de Zanoni y Tauro. Y después de él siguieron otros.

Resulta que lo que había sucedido fue que, tanto a través del propio Twitter como por Radio 10, fue que la propia sobrina de Badía, Belén Badía, había desmentido el fallecimiento de su tío. Y esto abrió la puerta a los insultos de los lectores y las críticas despiadadas de quienes, esta vez, estaban felices de haberse perdido la primicia.

Esto podría abrir una primera reflexión acerca de lo que sucedió. Llamativamente, no es la primera vez que se anuncia erróneamente una muerte por twitter: ya ha pasado con varios personajes famosos, a algunos de los cuales los han matado varias veces. Claro que el universo-twitter es muy particular, y parece obedecer a la regla no escrita de que lo que sucede en twitter queda en twitter, así que nadie desde dentro parece quejarse demasiado por lo que sucede, y casi nadie por fuera parecería enterarse de lo que sucede adentro.

Por eso fue tan llamativo que, poco después, los rumores traspasaran la frontera entre este medio y los masivos. Y así fue como sucedió…

A pesar de que –otra vez bajo la forma de insinuaciones, del tipo “ya habría muerto pero la familia estaría demorando la comunicación”- se habían seguido sucediendo, la segunda oleada de afirmaciones llegó desde alrededor de las 22 horas. Y esta vez los twits salieron de Infobae y Clarín, en Radio 10, en televisión se dio la falsa noticia por C5N, C23N, canal 26, Crónica, además de que Duro de Domar le dedicó todo un segmento, y dos importantes agencias la publicaron en sus portales: http://www.dyn.com.ar/ y www.telam.com.ar/

Tanto las disculpas como las borraduras silenciosas llegaron nuevamente cuando la familia, por segunda vez, debió salir a desmentirlos. Esta vez a través del Canal 360, quien también twitteó:

Claro que de todos esos mensajes escritos tampoco quedan más que referencias. Al igual que los anteriores, fueron borrados. Pero allí están los comentarios de quienes los habían leído como testigos de lo que estuvo y ahora falta:




La siguiente conversación es una muestra clara de hasta dónde se estaba generando confusión con tantas afirmaciones y desmentidas: mientras unos aún respondían al dolor, otros criticaban la liviandad con que se estaban comunicando supuestas noticias.




Curiosamente, aunque las críticas de los twitteros en general las debían soportar cuantos habían colaborado con los rumores, los pedidos de sanción de algunos periodistas hacia los medios masivos se concentraron particularmente en C5N, a pesar de que no habían estado solos en la falsa disfusión:



Me llama particularmente laatención la participación de Marcela Tauro en esta conversación porque, en primer lugar, fue una de las que había dado la información durante la primera oleada de rumores afirmativos. Haber borrado el mensaje no borraba en absoluto lo hecho. Pero, además, porque sabía muy bien lo que había sucedido; o al menos, se había hecho eco de una excusa para justificarse por haberlo hecho, que podía caberle a sus colegas.Y con esto sumaba al comentario de Dante Foresi:







Finalmente, cuando llegó la triste noticia del fallecimiento de Juan Alberto Badía, ya nadie se sentía suficientemente confiado como para comunicarla. La primicia la comunicó Jorge Rial, quien –como contó hoy en su programa Intrusos – América TV- la recibió directamente de la familia. Dos horas antes se había dado el gusto de pegarle, y fuerte, a Duro de Domar –producido por Gvirtz, con quien sostiene una larga pelea-. Luego, llegaron los demás.

¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué se cometió dos veces en el mismo día, el mismo error?

Una de las razones está en el hecho de que, como escribió Foresi, la primicia es uno de los males del periodista. El afán por llevar la noticia primero hace que no se tomen el tiempo suficiente ni estén dispuestos al esfuerzo necesario para confirmar con otras fuentes una vez que les llega. Es el apuro por la inmediatez, alimentada por tener la posibilidad de, a través de las redes sociales, comunicar la información al mismo tiempo en que se está produciendo el hecho. Y esta es una de las razones por las que este bochorno sucedió: se daba por ya hecho algo que estaba sucediendo.

Una de las pruebas de este apuro sin constatación a través de otras fuentes, es que una vez que uno de los periodistas escribía algo, aparecían dos o tres más en cascada, escribiendo las mismas –exactas– palabras. No se tomaban el tiempo ni el esfuerzo, ya no para chequear, sino tampoco para rescribir. Y más aún, deshonestamente, sí se tomaban el tiempo para borrar la marca de quién había escrito el mensaje originalmente, o a través de quién les había llegado, porque salvo que uno estuviera leyéndolos a todos, no era posible darse cuenta de que no era cada uno de ellos el generador del mensaje.



Pero también está el hecho de que, quienes confiaron en una única fuente, porque estaban o tenían reporteros en el Hospital Austral –donde Badía estaba internado- aseguraban que la información había salido desde el mismo hospital. Marcela Tauro lo escribió claramente, y quedó como la excusa fantasma ante lo que borró haber dicho; Foresi, aunque fue prudente y esperó para sumarse a las falsas noticias, se comportó piadosamente con sus colegas, a los que criticó pero comprendió.

Analicemos qué pudo haber sucedido, de haber sido cierto esto. Supongamos que un empleado, o una enfermera, o alguien que dijo ser una u otra cosa, dio esta noticia a los reporteros que estaban allí. ¿Para qué pudo haberlo hecho?

La hipótesis de una persona ávida de cámaras, por cualquier razón que fuera, no es realista. De hecho, no salió nadie en cámaras haciéndose cargo de comunicarle la noticia a la prensa. Y todos preservaron la fuente. De modo que, si bien aducen que llegó desde dentro, no dicen qué tanto, ni qué tan arriba, o qué tan al costado de la escala jerárquica. O incluso, qué tan afuera de la misma.

Supongamos que hubo una llamada desde dentro, o de alguien diciendo que era del Hospital; o incluso que alguien se acercó diciendo serlo. ¿Qué quería, entonces? No podemos saberlo, porque no hay evidencias de que alguien pudiera –a primera vista- beneficiarse con estos hechos. Procedamos, entonces, por el absurdo:¿quiénes resultaron perjudicados?

De eso no quedan dudas. La verdad es que si bien las críticas a los periodistas fueron generalizadas, se concentraron en cantidad y crudeza sobre el canal de cable C5N. De hecho, “C5Nmiente” llegó a ser una de las primeras tendencias de twitter en Argentina. Y si bien como hashtag (tema) se había usado por primera vez en 22 de junio en un mensaje, el segundo llegó recién el 27, y fue a partir de las 10:48 pm del día 28 de junio que se sumaron los mensajes, 12 minutos después de que en el Canal 360 se desmintiera la noticia por cable y sólo 7 después de que lo hiciera por el twitter.


¿Pienso que hubo una operación de prensa? Sí. Pero no creo que la misma haya sido digitada desde los medios, sino que se valieron de ellos y manipularon sus debilidades para generarla.

¿Por qué me parece esto? Porque todo pareció jugarse dentro de los medios afines al gobierno: esto no fue una guerra entre oficialistas y la corpo. De un lado y del otro se cometieron similares errores, de modo que no hubo un cuidado por preservar “a propios” mientras se atacaba “a ajenos”. TN, Clarín y Radio Mitre cometieron los mismos errores en difundir las noticias falsas, que borraron, e incluso Clarín se disculpó por haberlo hecho, con lo que dejó constancia directa del error. Quizás la razón por la que Canal 13 no se sumó al yerro haya sido, providencialmente, la relación personal entre Tinelli y la familia Badía, lo que los proveyó con un paraguas especial para protegerse de esta tormenta. Paraguas que, sin embargo, resultó escaso para el resto de los medios del grupo.

Pero, sobre todo, el ataque no fue desde dentro de los medios porque también las desmentidas llegaban desde el mismo núcleo de los medios que estaban siendo cuestionados. Frente a la primera oleada de rumores, la desmentida llegó desde Radio10, del mismo grupo informativo que C5N –que hasta hace poco habían compartido, además, con Infobae-. Y frente a la segunda oleada, la desmentida llegó desde 360tv, el canal de Claudio Villarroel y Bernarda Llorente, afines al gobierno, al igual que el nuevo propietario del grupo C5N-Radio10.


Y creo que es aquí donde podemos encontrar un vínculo muy significativo que puede mostrarnos no sólo contra quién fue esta operación, sino desde dónde pudo haber venido digitada… en una hipótesis quizás digna de una imaginación excesivamente florida, pero que no deja cabos sueltos.



El nuevo dueño de Radio 10 y el canal de noticias C5N es el empresario kirchnerista Cristóbal López-, quien compró gran parte del holding de medios fundado por Daniel Hadad. No es el primer grupo mediático que compra: en el año 2011 ya había adquido un multimedios de Comodoro Rivadavia, integrado por el Diario Patagónico, FM del Mar y Editorial Polar.

La operación se realizó a través de su Grupo Indalo, la cara visible de su imperio. Se trata de un megagrupo que –según la propia compañía– factura unos 11 mil millones de pesos por año. Sin embargo, jamás incluyó en ese holding a Casino Club SA, que explota el polémico rubro del juego. La explicación oficial es que posee el 30 por ciento de las acciones, con dos socios que ostentan un porcentaje similar.


¿Quién es Cristóbal López?
Nació en 1956 en la ciudad Buenos Aires y al poco tiempo ya estaba instalado con sus padres en Comodoro Rivadavia, donde conoció a Néstor Kirchner en 1988, cuando a través de un cliente de su empresa de servicios petroleros le pidió al entonces gobernador santacruceño que intercediera ante el grupo Perez Companc y le dieran una mano en la adjudicación de una obra. Como era de esperar, la gestión oficial dio sus frutos y a partir de ese momento los caminos de Cristóbal López y de Néstor Kirchner se cruzarían varias veces, y no faltaron las voces que hablaban de una relación comercial entre el empresario exitoso y el político en alza.
Cristóbal López se jacta de su origen humilde, pero en 1983 llegó el primer gran salto, cuando se convirtió en proveedor de servicios petroleros de YPF. Aún sigue ligado al negocio del petróleo, y a través de su empresa Oil Combustibles controla una red de más de 350 estaciones de servicio y la refinería de San Lorenzo, paquete que le compró a Petrobras a cambio de US$ 110 millones. Su otra gran fuente de ingresos es el negocio del juego: en 1992 se quedó con el casino de su ciudad y diez años después puso un pie en Río Gallegos, lo que le permitió aceitar el vínculo que ya tenía con los Kirchner. Hoy su empresa Casino Club opera una docena de casinos en todo el país, incluyendo el Casino flotante porteño. Explota, además, las máquinas tragamonedas en el hipódromo de Palermo, gracias a un contrato firmado por el entonces presidente Néstor Kirchner, que cinco días después dejaría el mando a manos de su esposa.
A diferencia de Hadad, como vemos, el principal negocio de Cristóbal López no es el periodismo ni los medios de comunicación. Incluso después de comprar el exitoso multimedios, sus fuentes de ingresos más importantes siguen siendo el petróleo y los juegos de azar. Y aunque el traspaso de titularidad de estos medios estuvo rodeado del escándalo provocado por las vedettes periodístico-mediáticas de C5N y Radio 10 (González Oro, Longobardi y Feinmann) que resistieron al nuevo director de contenidos que nunca pudo acceder a su nuevo cargo (Javier Romero), es poco probable que la operación haya sido propiciada por ellos, porque las ya relatadas idas y venidas quedaron circunscriptas al mismo centro. Aunque… siempre es una posibilidad.

Volvamos, entonces, al Hospital Austral
Es allí desde donde –según los periodistas, aunque no revelan la fuente directa-salió una y otra vez el rumor. Una fuente suficientemente confiable, como para haberle creído la mentira al menos dos veces. E insistir en ella a pesar de las desmentidas de la familia.
Según cuenta la página oficial de la Institución, treinta años atrás un grupo de médicos soñaba un hospital universitario que cumpliera con el triple objetivo de enseñar, investigar y asistir, brindando a la sociedad profesionales con la mejor educación técnica y la más alta formación humana. Con ese norte nació, en 1996, la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral -del Opus Dei- que en 2001 tendría su primera promoción de médicos y licenciados en Enfermería. Y, paralelamente a esa casa de estudios, el empresario Gregorio Pérez Companc decidió apoyar, con gran generosidad, el desarrollo de las obras del soñado hospital. Para la construcción de la nueve sede en Pilar de la Universidad Austral, donó la mayor parte de los 80 millones de dólares que costó.

¿Gregorio Pérez Companc? ¿El mismo por el que Cristóbal López conoció a Néstor Kirchner en 1998, cuando a través de un cliente de su empresa de servicios petroleros le pidió al entonces gobernador santacruceño que intercediera ante el grupo Pérez Companc y le dieran una mano en la adjudicación de una obra?

Luis Majul, en su libro El Dueño, cuenta la anécdota, que hace presumir –aunque esté ciertamente adornada- que la primera experiencia de Perez Companc con Cristóbal López no debe haber sido de su agrado:

“-Julio: llamá ahora mismo a la gente de Pérez Companc. Deciles que, si no le adjudican el negocio al señor López, no pisan más esta provincia. La amenaza de Néstor Kirchner no dejó margen de duda. Fue lanzada desde su oficina de gobernador de Santa Cruz en diciembre de 1998. Su entonces ministro de Economía, el arquitecto Julio De Vido, escuchó con atención y tomó nota. Enseguida se dirigió a su despacho y, por teléfono y casi con las mismas palabras, le transmitió la advertencia al entonces número uno de la Pérez Companc (PC), el ingeniero Oscar Vicente. -Oscar, esto no es joda. Néstor está como loco. Me dijo que "si no le adjudican" al señor Cristóbal López lo que le corresponde, Pérez Companc no va a poder operar más en Santa Cruz... Desde su oficina con vista al puerto ubicada en el piso 23 del edificio de Pérez Companc en Maipú 1, Vicente entendió que se trataba de "una apretada política". No tenía ni la mínima idea de quién era Cristóbal López, pero de inmediato comprendió que, si no satisfacía la exigencia de Kirchner, los intereses de la petrolera en la Patagonia se verían muy afectados. No era un López cualquiera.”

Si bien esta pudo ser la primera vez que Gregorio Pérez Companc escuchó hablar de Cristóbal López, y seguramente lo llenó de enojo e impotencia, no fue la última.


Sus caminos volvieron a cruzarse cuando Cristóbal López, a fines de enero de 2011, firmó varios acuerdos complementarios para poder efectivizar el traspaso de la refinería que Petrobras tenía en la localidad santafesina de San Lorenzo y su red de 360 estaciones de servicio asociadas, que le había comprado en mayo de 2010. Recién en enero de 2011 las partes se pusieron de acuerdo en la valoración del stock de crudo y destilados almacenados en los tanques de la planta, y firmaron los acuerdos complementarios, en una de cuyas cláusulas se incluyó una opción de compra por el 27,33 % de participación que actualmente Petrobras tiene en Edesur, según informó en febrero de ese mismo año el diario El Cronista Comercial. Petrobras había heredado esta participación en la compañía cuando adquirió los activos de Pecom Energía, de la familia Pérez Companc, en 2002.
Pérez Companc había resuelto consolidar su área de inversiones en el polo energético (producción de petróleo, gas y electricidad) y por eso se había ido desprendiendo de los activos ajenos a esa estrategia. Sin embargo, y a pesar de que Edesur podía entrar en esos cálculos, a partir de los apagones de 1999 se había convertido en una papa caliente. Papa de la que terminó desprendiéndose en 2002.
Por otra parte el imperio que había construido desde la conducción del grupo, que asumió en 1977 cuando falleció su hermano Carlos, siempre había necesitado de una relación estrecha con el Estado. Y él lo sabía, a pesar de lo cual son mínimos los encuentros que se le conocen con Videla, Alfonsín y Menem. Ese trabajo había quedado a cargo de su hombre fuerte, Oscar Vicente, más afín a hacer lobby. El, desde una conducción férrea pero públicamente invisible, afianzó al Grupo con los negocios que hizo vendiéndoles a las empresas públicas, y en los ’90 participando de la mayoría de las privatizaciones. Hasta que su suerte como empresario mimado por el Estado súbitamente menguó, al menos con este gobernador de Santa Cruz, que lo cambiaba así, casi como un impulso, por este otro –desconocido- Sr López. Un gobernador que pocos años después –en ese momento, algo imprevisible- llegaría a Presidente. Y con ese Sr López que, por esos golpes de suerte de la vida, pasaría a ocupar su lugar privilegiado. O aún más. ¿Cómo no iba a generarle, al menos, un cierto malestar su presencia?

Y ahora, nuevamente, sus caminos volvían a cruzarse. Y del modo, y en el lugar, menos pensados.



Gregorio Pérez Companc -apodado “el cardenal” por otros empresarios, y de quien Amalia Lacroze de Fortabat llegó a decir “él es la Iglesia”- es un hombre demasiado prolijo como para haberse ocupado de una operación que, de ser cierta, no califica de otra manera que miserable. Pero es un empresario acostumbrado a lidiar con males mayores, que ha resuelto con pulso fuerte y firme. Y, por algo le llaman cardenal, es hombre acostumbrado a las intrigas palaciegas.

También es cierto que una importante parte de las intrigas palaciegas se la lleva el hecho de que uno nunca sabe de qué rincón saldrá alguien dispuesto a lealtades misteriosas e insospechadas. No es necesario actuar –ni idear operaciones- uno mismo cuando se vive rodeado de personas dispuestas al sacrificio.

Si sumamos un señor poderoso y molesto –pero querido y admirado- más otro señor poderoso recién llegado a un medio periodístico –ni querido ni admirado, pero resistido- y lo multiplicamos por un grupo de periodistas hambrientos de primicia y con mucho descuido, la ecuación está planteada. Lo que pasó ya lo conocemos.



Viviana Taylor
29.6.2012