jueves, 7 de abril de 2016

¿Se está probando Lorenzetti la banda presidencial?


Por Viviana Taylor

  

Seguramente deben recordar que (al desde hace horas imputado por lavado de activos en medio del escándalo de la filtración de los Panamá Papers) presidente argentino Mauricio Macri, en plena campaña electoral de medio término en 2013 se le escapó que existía un tal círculo rojo. Desde entonces mucho se habló sobre eso: si era una metáfora o si efectivamente existía; y en tal caso, quiénes lo conformaban y qué intereses representaba.


Sin embargo su existencia no era desconocida para todos. En un cable de la Embajada de Estados Unidos con fecha de enero de 2010, que fue filtrado por Julian Assange (en los ya citadísimos Wikileaks), la por entonces diputada del PRO Gabriela Michetti (hoy vicepresidenta de la Argentina) le informó a la embajadora de Estados Unidos Vilma Socorro Martínez sobre la existencia de un grupo de políticos, jueces y empresarios opositores al kirchnerismo que se reunían en secreto con Lorenzetti. Y la invitó a conocerlos. Además, como para que quedara claro que abogaban por intereses comunes e incluso podían subordinar los propios a los de la Embajada, le pidió que le sugiriese una lista de especialistas que pudieran asesorarlos sobre sus temas de interés.


Por su parte, los medios corporativos (con La Nación y el Grupo Clarín a la cabeza) no eran ajenos a estas reuniones, y en numerosas ocasiones manifestaron su confianza respecto de la posición que Lorenzetti asumiría frente a temas de su propio interés. Y cuando sospecharon que podría no ser así, se encargaron (sobre todo Clarín) de hacerle saber sin margen de dudas a través de sus páginas –más o menos amenazadoras, pero nunca solapadamente- cuál era la decisión que juzgaban aceptable. Y Lorenzetti nunca los defraudó: aun cuando en algún momento pudo parecer que inclinaba la balanza en favor de la Ley de Servicios Audiovisuales (la Ley de Medios que desveló al Grupo) siempre quedó claro para unos y otro que las consecuencias indeseadas no se harían efectivas. Cuando a fines del 2015, elecciones mediante, el primer DNU del presidente Macri borró de un plumazo años de trabajo legislativo y de consultas populares, la Corte Suprema había hecho su parte obstaculizando la adecuación a la ley que quedaba virtualmente derogada. Un buen pago a cambio de colaborar en el ocultamiento del escándalo (con delito de falsedad ideológica incluido) por la ratificación de Lorenzetti como presidente de la Corte a través de un acta falsa. Un buen pago que fue agradecido con la contraprestación de empantanar un poco más el avance de la causa por la apropiación de Papel Prensa, en la que La Nación y Clarín se arriesgan a que su implicación en los crímenes de lesa humanidad de la dictadura cívico-militar 1976-1983 se traduzca en condenas efectivas.


Aquellas reuniones y estas alianzas le ponen contexto a las expresiones de Lorenzetti durante el gobierno de Cristina Kirchner, que justificaban las demandas de los fondos buitre al Juez Griesa; y a las hechas durante el gobierno de Mauricio Macri apelando a la necesaria gobernabilidad para apoyar la aprobación en el Congreso del acuerdo entreguista que terminó reconociéndole a los buitres el derecho a una deuda ilegítima, por un monto mayor al que demandaban, y rompiendo con la lógica de la reestructuración de la deuda que ha servido de modelo a los países en nuestra misma situación de sometimiento financiero.


¿Por qué este alineamiento de Lorenzetti a estos intereses?

El propio Julian Assange en una entrevista con el periodista Santiago O’Donell (a quien le confió los cables sobre  Argentina, y que puede ser leída en su blog además de haberla publicado en cuatro entregas en Página/12, el 23, 24, 25 y 30 de septiembre de 2012) le contó que  La USAID (United States Agency for International Development, la oficina de desarrollo del Departamento de Estado estadounidense para América Latina) forma parte del esquema de seguridad nacional estadounidense, y eso representa un importante traspaso de poder. El Departamento de Estado solía ser un espacio de poder independiente de los Estados Unidos, lo mismo que la CIA. Y ambos han sido colocados en la misma pirámide de patronazgo, lo cual representa una consolidación del poder.”
                                                           

¿Por qué Assange dice esto?

En 2012 el presupuesto del Departamento de Estado y el presupuesto de la USAID pasaron a ser parte del presupuesto de seguridad nacional. Toda esta ficción de que la USAID era una agencia asistencial independiente, como se les decía a los latinoamericanos, ya no se sostenía. Assange contaba en la entrevista: “Entonces, cuando ves al Presidente de Ecuador, Rafael Correa, quejarse de que Fundamedios (una ONG muy crítica al gobierno ecuatoriano) se financia con fondos de la USAID, yo me quejo también. Ya no hay disimulo.

La USAID desembarcó en América Latina a través de la creación de una fundación: CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina). La CADAL se instaló en nuestro país el 26 de febrero de 2003, durante los últimos tiempos del gobierno de Duhalde, y con la llegada del Kirchnerismo encontró su principal razón de ser: sus tareas estuvieron desde el principio orientadas hacia el descrédito, la tergiversación, la manipulación de la realidad de los países progresistas del área, y del nuevo posicionamiento político de Argentina en relación con ellos y por su definición regionalista.

Como para ir haciéndonos una idea de sus actividades en Argentina, y del entramado con el gobierno actual, voy a hacer un recuento breve de algunas actividades significativas:

·        En 2008 la USAID financió un encuentro con el Nobel Mario Vargas Llosa como animador principal, que contó con varios expertos alineados con las políticas del Consenso de Washington: el periodista de La Nación Carlos Pagni, el excandidato presidencial Ricardo López Murphy, y el por entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y hoy Presidente argentino Mauricio Macri (quien también presidía la Fundación Pensar, co-organizadora del evento, que está integrada por diputados y políticos del PRO y es uno de los satélites más activos de la Fundación Libertad). Acotación al margen: Mario Vargas Llosa también es titular de empresas offshore en la filtración de Panamá Papers.

·        En septiembre de 2008, la CADAL organizó el Foro Latino Global, un evento político-empresario en el que disertaron Felipe Solá, Javier González Fraga (titular del Banco Central durante el menemato y defensor de las políticas económicas del PRO/Cambiemos) y Santiago del Sel, quien era por entonces el jefe de Equipos Técnicos de la Coalición Cívica.

·        En septiembre de 2011 entregó los premios a la Transparencia Legislativa, con motivo de la publicación del documento El acceso a la información pública de los legisladores argentinos. Es interesante ver cómo una organización que no transparenta el origen de sus ingresos, pone semejante acento en el detalle con que los legisladores informan acerca de sus ingresos y bienes. Otro detalle interesante es que, si bien el premio lo obtuvo la senadora María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica/CABA) y las menciones especiales los senadores Gerardo Morales (UCR/Jujuy) y Sonia Escudero (PJ-FPV/Salta), y los diputados Laura Alonso (PRO/CABA) y Héctor Piemonte (Coalición Cívica/BsAs), al presentar la mención de Laura Alonso lo que se destacó fue su trabajo en la ONG Poder Ciudadano.

·        La citada organización Poder Ciudadano es filial local de Transparency International (TI), contratista de la USAID y de la NED. Es, por lo tanto, parte del mecanismo de desestabilización de la CIA y recibe fondos de otras identidades identificadas con la inteligencia norteamericana y su seguridad nacional.

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·    Pero no se terminan allí los vínculos de Laura Alonso con este entramado. También es la fundadora de la filial argentina de Vital Voices, la fundación financiada por el fondo buitre NML Capital de Paul Singer: una de las muestras más elocuentes del entramado político y social detrás de la cooperación internacional, las ONGs y los intentos por erosionar a los gobiernos que no son funcionales a las corporaciones económicas y financieras y a la política imperialista de los EEUU, y para –una vez en el gobierno- someter el país a esas políticas imperialistas. Laura Alonso es hoy la secretaria de Ética Pública, Transparencia y Lucha contra la Corrupción, después de haber sido designada por un decreto ad hoc que acomodó los requisitos para el cargo a su perfil, que no eran los requeridos por la ley. Por esta función debió haber tomado para su responsabilidad la averiguación de lo denunciado por Panamá Papers respecto del presidente Macri y otros funcionarios de gobierno. Sin embargo, según sus propias palabras, en este y otros casos lo que Mauricio le ha dicho le bastó.
 

 
·        Entre el 8 y el 12 de abril de 2013, la USAID financió una cumbre de la derecha internacional organizada por la Fundación Libertad (con sede en Rosario y parte de una red internacional de fundaciones que entrama a las derechas locales, vinculadas con lo que por estos lares llamamos “la patria contratista”), para debatir sobre los populismos regionales. A la misma concurrieron el Nobel Mario Vargas Llosa y su hijo Álvaro (de una clara posición reaccionaria ante los gobiernos populares de la región), José María Aznar (el expresidente español que impulsó la invasión a Irak); el pinochetista Joaquín Lavín; el presidente de la emisora venezolana RCTV Marcel Granier, que impulsó y apoyó el golpe contra Chávez en 2002. Y, aunque se esperaba a la cubana anticastrista Yoani Sánchez, una de sus niñas mimadas, a último momento desistió de la visita. Como era de esperarse, abundaron las críticas contra los procesos emancipadores de la región, y los expositores llegaron a pedir “terminar con los gobiernos populares en curso” para reemplazarlos por “otros más modernos”. De la derecha, claro. Pino y Lilita saben de lo que hablo. Pino se abrió. Pero Lilita se alineó. Y lo que por entonces era matrimonio entre ellos, terminó.

·        Tanto la Fundación Libertad como la Fundación Pensar están financiadas por el National Endowment for Democracy (NED), quien a su vez está financiada oficialmente por el Congreso norteamericano, y constituye otro de los hilos de esta red de organizaciones vinculadas con la CIA y la Seguridad Nacional.

 

Para más información sobre USAID - CADAL:


 

Retomo el uso que hizo Assange de la palabra patronazgo para definir esta nueva forma de consolidación del poder, que es el de la industria militar. O sea, y en definitiva, un poder que es económico.

Esta inquietud me lleva a un artículo que posteé en este mismo blog hace casi dos años: Las relaciones clientelares en cuestión, en cuyas conclusiones afirmo que distintos tipos de poder "parecerían ser, en realidad, manifestaciones diferentes de un único gran tipo de poder: el poder económico. Y todos ellos tienen poder de patronazgo sobre el poder político”.

Es interesante que Assange use esta expresión. Y lo es porque las relaciones de patronazgo encuentran su contracara definitoria en las relaciones clientelares. Estoy convencida de que no hay modo de comprender la injerencia de los Estados Unidos sobre otros Estados si no se la encuadra en el marco interpretativo del clientelismo político, en este sentido amplio.


Dos anécdotas en las que vuelve a estar implicado nuestro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ejemplificarán a qué me refiero.

El 27 de enero de 2006, Ricardo Lorenzetti asistió a la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires. Durante la reunión, el entonces embajador Anthony Earl Wayne le preguntó si el presupuesto judicial alcanzaba para que el sistema funcionara bien, a lo que Lorenzetti respondió que la falta de recursos le impedía adquirir la tecnología necesaria para mejorar la eficiencia del sistema.

En una nueva reunión casi dos años después, el 15 de noviembre de 2007, Lorenzetti ya no hablaba de falta de recursos: el gobierno de Néstor Kirchner había destinado fondos propios para la inversión en tecnología, y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) proveía la asistencia técnica necesaria para aportar asesores para el proyecto. Sin embargo, según cuenta un cable de la Embajada, Lorenzetti sí tuvo algo que agradecerles: los especialistas que había aportado la Embajada de Estados Unidos, y a los que les había permitido el acceso a la red informática del sistema judicial argentino, comprometiendo la seguridad del sistema frente a una potencia cuya afición al espionaje ya era harto conocida. Un riesgo que no estaba justificado dada la asistencia técnica que ya tenía asegurada.

No fue esa la única vez –ni para la única razón- que Lorenzetti les solicitó recursos. En aquella misma reunión del 27 de enero de 2006 en la que se había quejado de la falta de recursos, también le anunció al embajador su interés por ser el anfitrión de una conferencia judicial panamericana, similar a la que la Corte Suprema de los Estados Unidos había organizado en 1995, y le solicitó financiamiento de la USAID. Para solicitar algo así, Lorenzetti debió haber estado seguro de la relevancia que para la USAID –y para la embajada, que intercedería en su pedido- podría tener una reunión de ese tipo. Y no fue tímido para presupuestar financiamiento: pidió que se incluyeran los gastos de traslado y estadía de los juristas de todos los países de la región.

La Conferencia de las Supremas Cortes de las Américas se realizó, pero en la página de la Corte Suprema de Justicia de la Nación no consta que fue financiada por ese organismo.

 

Vuelvo al uso que hizo Assange del concepto patronazgo para definir la consolidación del poder de Estados Unidos a través de la industria militar.

Vuelvo a mi convicción respecto de que todas las formas de poder (mediático, de la caja, la supresión de la identidad y la libertad, etc.) parecerían ser diferentes manifestaciones del poder económico.

Y que todas ellas tienen poder de patronazgo sobre el poder político.

Es allí donde está el mayor riesgo para los países de la región: en ceder al sometimiento a una posición clientelar, al lugar de la debilidad. En el riesgo de abandono de la posición directriz que cada gobierno debe tener frente a sus políticas, porque tal abandono conlleva el sometimiento al arbitrio de otros poderes, cuyo interés no es lo público ni lo colectivo. Menos aún lo soberano. Un riesgo al que ya cedimos. Y donde hoy estamos: en el lugar de la debilidad, del sometimiento, de la pérdida de soberanía (política, económica, jurídica, ¿territorial?)


En este contexto, particularmente con la imputación que hoy se hizo al presidente Mauricio Macri por lavado de dinero en el marco del escándalo de los Panamá Papers, ¿cuánto riesgo hay, además, de sumarle el de que Macri deba renunciar a la presidencia generando la crisis institucional en que inevitablemente caeríamos, y se ponga en juego la sucesión presidencial?


Echada la rodar la sucesión, ¿cuánto podría sostenerse en la presidencia la actual vicepresidenta Gabriela Michetti, hoy casi convertida en un personaje caricaturesco de sí misma, que homenajea excombatientes que no lo son y que sostiene un discurso según el cual el Estado no debe hacerse cargo de los “gastos” de los ciudadanos en medio de un brutal ajuste sin correlación de compensación salarial pero con la de la represión de la protesta social? No parece una candidata con el perfil de autoridad sostenible que las circunstancias requerirían. Que no sería precisamente el del autoritarismo, la insensibilidad social y la arbitrariedad revanchista.

¿Cuánto podría sostenerse a sí mismo el Presidente Provisorio del Senado Federico Pinedo, cuando no puede convalidar la farsa denuncialista del PRO/Cambiemos, y se siente interpelado a aclarar que las cosas no son como las pintan; ni puede perseverar en la justificación negacionista frente a los casos de corrupción de los propios, que termina reconociendo? Su conciencia no parecería ser lo suficientemente confiable para los grupos de poder en los que se referencia.

¿Cuánto podrían estos grupos sostener al Presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó, resistido por el kirchnerismo y con encuentros y desencuentros con el massismo y el peronismo no kirchnerista? ¿Cómo sostener a quien porta la desprolijidad de cargar con la demasiado pronta denuncia por incumplimiento de funcionario público por la conformación del Consejo de la Magistratura y con el prontuario recientemente recordado de haber estado preso en 1998 por extorsión a una clínica en 1997, cuando era asesor de la Presidencia del Consejo del Menor y la Familia? ¿Cómo sostenerlo cuando el ánimo social no sea propicio para aceptar nada que no resulte impecablemente confiable, al menos para el ojo poco entrenado de la opinión pública mediáticamente conformada?

¿Cuánto podrían sostenerse cada uno de ellos, estando Ricardo Lorenzetti en el horizonte, como último eslabón de la cadena de la sucesión presidencial? El mismo Lorenzetti que ha logrado mantener una imagen impoluta a pesar de las permanentes denuncias de corrupción, que presidía (¿preside?) las reuniones del Círculo Rojo y que guarda una relación de patronazgo tan estrecha con las propias agencias de seguridad nacional de los Estados Unidos a través de su embajada –la Embajada-, a quien le ha abierto las puertas de los archivos del Poder Judicial. Sin dudas, el Presidente deseado y deseable. No un candidato: el Presidente que desde hace años han venido construyendo los medios para cuando fuese necesario.

 


¿Y nosotros, el Pueblo, qué?

Nuestra mayor fortaleza está en la posibilidad de echar luz sobre estas formas de poder para contrarrestar la invisibilidad en la que se procura que permanezcan.

Nuestra mayor fortaleza está en la explicitación de estas formas de dominación que se intentan promover, con la esperanza de neutralizarlas y quitarles efectividad. Al menos en parte. Cuanto podamos.

Así como las relaciones clientelares tradicionales se desarticulan con la extensión de derechos a todos los sectores de la población, este tipo de relaciones clientelares no tradicionales –en las que algunos compatriotas se ponen al servicio de intereses que no nos son propios- se desorganizan con mayor y mejor acceso a la información. Un acceso que han puesto en riesgo los mecanismos de censura sobre las personas y los medios opositores a los que este gobierno se ha mostrado afecto.

Claro que no es tarea fácil: la invisibilidad que les ha permitido consolidarse, es la misma que les ha permitido incidir sobre el modo en que conformamos nuestras matrices de interpretación. No vemos con nuestros ojos: vemos a través de los anteojos que nos han colocado, y de los que no tenemos conciencia. Hasta que empiecen a pesarnos…

Por eso han actuado desde el poder mediático como el gran articulador de todas estas formas de poder. Y por eso nuestra mayor fortaleza, en definitiva, está en saber quién es quién y dónde está parado. Está en decidir y actuar. Está en informarnos para saber. Y en elegir en consecuencia.


Elegimos el cambio.
Podemos elegir volver.
Las elecciones de medio término son el año que viene, y en dos más las presidenciales. Tempus fugit.


Por Viviana Taylor