miércoles, 3 de mayo de 2017

La Iglesia y la reconciliación de los inconciliables


Sin arrepentimiento, sin reparación

sin posibilidad reconciliación



Viviana Taylor



Sigo consternada por la noticia de que el Episcopado se reúne toda esta semana en Pilar, con la reconciliación entre familiares de desaparecidos y de militares como uno de sus objetivos. Sospecho que el que realmente los ha convocado.

Y estoy consternada porque este llamado a la reconciliación parece ir en contra de las propias enseñanzas de la Iglesia al respecto. Aunque debo reconocer que consternación no es sorpresa: después de todo, la cúpula eclesial argentina no fue ajena a la dictadura devenida del golpe cívico, militar, clerical de 1976, y tampoco parecería estar haciendo lo propio y mínimo para cumplir con las demandas de reconciliación que enseña pero que –evidentemente- no asume ni practica.

Una fuente que cita el diario La Nación argumenta que “hace tiempo que los obispos piden en las asambleas disponer de un tiempo para tener una mirada sobre el período histórico, en orden a la reconciliación”. Al parecer, este tiempo de negacionismo creciente desde el gobierno del PRO-Cambiemos, de recuento y descuento de desaparecidos, de persecución política de la oposición y de reflotamiento de la Teoría de los Dos Demonios ha servido de terreno fecundo para que brote la oportunidad.

Muchos de quienes abogamos por los Derechos Humanos y por la Memoria, la Verdad y la Justicia teníamos alguna esperanza de que de manos del Papa argentino Francisco-Jorge Bergoglio finalmente llegara la hora de acceder a los archivos del Vaticano sobre la última dictadura, y a través de ellos a la posibilidad de recuperación de los cuerpos de los desaparecidos, y de la identificación de sus hijos a los que la identidad les fue arrebata. A cambio, nos encontramos con esta forma aún más siniestra de reedición de la Teoría de los Dos Demonios, en que nuevamente se presume a las víctimas en igualdad de condiciones que los victimarios, una reedición en la cual el Episcopado –con total prescindencia del lugar en que por entonces eligió pararse- se erige a sí mismo en mediador, cuando debería someterse a la Justicia como corresponsable.



Más allá de mis percepciones, que en estos tiempos de posverdad podrían tildarse de subjetivísimas a pesar de su fidelidad a la verdad histórica (o quizás por eso mismo), quiero hacer notar que este llamamiento es contrario al propio Catecismo de la Iglesia Católica, algunos de cuyos párrafos paso a extractar:



CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

SEGUNDA PARTE: LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO 

SEGUNDA SECCIÓN: LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA 

CAPÍTULO SEGUNDO: LOS SACRAMENTOS DE CURACIÓN

Artículo 4: EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y DE LA RECONCILIACIÓN

La contrición

1451 Entre los actos del penitente, la contrición aparece en primer lugar. Es "un dolor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar" (Cc. de Trento: DS 1676)

La confesión de los pecados 

1455 La confesión de los pecados, incluso desde un punto de vista simplemente humano, nos libera y facilita nuestra reconciliación con los demás. Por la confesión, el hombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable; asume su responsabilidad y, por ello, se abre de nuevo a Dios y a la comunión de la Iglesia con el fin de hacer posible un nuevo futuro.

La satisfacción 

1459 Muchos pecados causan daño al prójimo. Es preciso hacer lo posible para repararlo (por ejemplo, restituir las cosas robadas, restablecer la reputación del que ha sido calumniado, compensar las heridas). La simple justicia exige esto. (…)



Queda claro en propias palabras del Catecismo que no puede haber reconciliación si antes no se detesta el propio pecado cometido, con la decisión de no volver a pecar. Y ese espíritu de enmienda (una expresión cara a los católicos) implica no sólo el profundo rechazo por el hecho cometido y el compromiso de no volver a hacerlo, sino la asunción de la responsabilidad y la reparación del daño.

No parece haber asunción de responsabilidad cuando, hoy mismo, nos estamos enterando de que la Suprema Corte de Justicia aplica el “2x1” para delitos de lesa humanidad cometidos por represores y genocidas de la última dictadura.

No parece haber asunción de responsabilidad cuando, a diario, se insiste en regatear el número de desaparecidos como si se tratara de mercancía de descuento para abaratar costos.

No parece haber asunción de responsabilidad cuando se habilitó a Campo de Mayo como privilegiado lugar de encierro para el cumplimiento de las condenas, donde represores y genocidas están bajo la vigilancia y cuidado de personal con inferior grado (y, por lo tanto, subalterno) ya que no se les retiró el grado militar a quienes aún no tienen condena firme ¡y encima los van a beneficiar con el “2x1”!.

No parece haber asunción de responsabilidad cuando todavía seguimos anoticiándonos de desaparecidos sobre los que no teníamos registro (como el caso de Enrique Bustamante, padre del nieto recuperado 122, quien no estaba denunciado como desaparecido) porque –justamente- no entregaron los archivos para poder saber efectivamente quiénes y cuántos fueron y dónde están sus cuerpos. Paradójicamente, el cuestionamiento de “los 30 mil” está  llevándonos al reconocimiento social de cuántos más fueron y aún no podemos constatar en su horrorosa inmensidad.

No parece haber asunción de responsabilidad cuando no han hecho nada para facilitar la restitución de la identidad de los hijos, a los que siendo niños también desaparecieron, y sin dudas saben dónde están porque sabemos a quiénes se los entregaron. Conocimiento del que la Iglesia participa, habiendo sido la responsable de buscar “buenas familias católicas” para muchos de ellos, como ha podido ser demostrado.

No parece haber arrepentimiento, ni asunción de responsabilidad, y mucho menos espíritu de enmienda y acciones de reparación.

Si son católicos como profesan, que todos los corresponsables del Terrorismo de Estado –TODOS, militares, civiles y religiosos- se arrepientan, se confiesen en honor a la Verdad, y reparen con sus declaraciones el silencio que nos sigue torturando con las ausencias de los desaparecidos y sus hijos en honor a la Justicia.  

#Memoria

#Verdad

#Justicia

#Son30Mil

#FueGenocidio

Nosotros no olvidamos, nosotros no nos reconciliamos.



Viviana Taylor

@taylor_viviana