Hoy
quiero presentarles a un señor a quien todavía no se ha nombrado mucho en los
medios masivos, pero que tiene bastante peso en el modo en que construyen la
percepción social sobre la realidad económica: Federico Tessore.
¿Quién es
este señor? Actualmente se presenta a sí mismo como fundador y CEO de Inversor Global, donde se desempeña
desde junio de 2002. Reconoce como actividades anteriores el haber sido asesor
de inversiones en el Citibank y en Capital Markets Argentina. Y respecto de su
recorrido educativo nombra a las siguientes instituciones:
·
New York Universit. Summer Course, Global Real Estate 2010 – 2010
·
Universidad
Nacional de Quilmes Business
Administration, Business Administration 2000 – 2003
·
Pontificia Universidad Católica Argentina 'Santa María de los Buenos
Aires' Economics 1995 – 2000
·
St Brendan´s Bachiller biligue1980 – 1993
Sin embargo, hasta aquí,
todavía no sabemos nada sobre Federico Tessore. Quizás sea más interesante
contar quién es a partir de lo que hace.
Y resulta que de lo que hace me enteré por accidente.
Buscando información para otro artículo, encontré al final del mismo un enlace
hacia un spot llamado “El fin de la
Argentina”
Como pensé que podia contener
algo de la información que estaba buscando, lo escuché. A los pocos segundos ya
me había dado cuenta de que información iba a haber poca, pero decidí
escucharlo completo para ver hasta dónde podía llegar.
Una de las primeras cosas
que me llamó la atención es que insistía en que las personas no podemos influir
en lo que sucede en la economía del país. Y que el informe que iba a presentar
no era político. Esta afirmación respecto de nuestra imposibilidad, puede
leerse de dos formas: por un lado, no hay nada que podamos hacer más que defendernos
de las crisis económicas; pero por otra parte, si alguien nos confronta con la
idea de que las estrategias propuestas son ellas mismas generadoras de crisis,
Tessore ya se adelantó a responder por nosotros. No es posible.
Su análisis sobre la
realidad argentina está construido sobre falacias: enumera hechos históricos
acontecidos en contextos diferentes sin hacer referencia a ellos, y esto sin
decir que –además- se trata de hechos que refieren a situaciones que no son
comparables unas con otras. Parecería ofrecer muchos datos, la mayoría de los
cuales son falaces o incomprobables. Agrega cuadros, que son ilegibles. Y los
pasa con la misma rapidez con que presenta algunas fotografías que apelan a la
emocionalidad. Unos y otras no buscan ayudarnos a seguir un razonamiento, sino
impactar contra nuestra afectividad.
En definitiva, juega con
los mismos miedos que han sido abonados desde algunos medios masivos. O que él ha
colaborado en inocular a esos medios, porque, como también veremos después,
este señor desconocido para nosotros no lo es tanto en otros ámbitos.
Mientras nos hace un
recorrido por su tiendita de horrores, nos promete una y otra vez que, por su
inmensa y absoluta generosidad, va a compartir con nosotros sus estrategias de
supervivencia. Y que, si tenemos suerte, hasta quizás ganemos algo de dinero.
Quien sabe… hasta puede ser que nos hagamos ricos. Voy a resumir sus propuestas
para proteger y ganar dinero:
1.
Hay que ocultar el dinero del gobierno, y así
evitaremos pagar impuestos.
2.
Hay que comprar activos en el exterior, no invertir
en el país. Y son buenas opciones el oro y la plata.
3. Hay algo que afirma que
es “100% retorno”, pero no termina de aclarar de qué se trata. La explicación,
que exuda hermetismo, no me hace pensar en otra cosa que inversiones en
armamentos, drogas o comercio de influencias. Aunque también podría ser esto
que él hace, algo así como ser un Claudio María Domínguez, sólo que en lugar de
espiritualidad express ofrece dinero express.
4. Y por último, insiste con
la compra de activos de alta rentabilidad, que por supuesto no nombra, y vuelvo
a oler ese tufillo a ilegalidad o simple trampa. Y me hace pensar en fondos
buitres.
En definitiva, ¿qué es lo que nos dice Tessore? Que
nada tiene que ver nuestra conducta individual con lo que nos pasa
colectivamente como país. Por lo tanto, no podemos influir sobre él, ni bien ni
mal. Pero el país sí puede arruinarnos la vida, y va a hacerlo. También nos dice que
hay formas de evitar la desgracia económica personal cuando, definitiva y
prontamente, les llegue a los demás: evadamos impuestos, saquemos nuestro
dinero del país, especulemos con divisas y activos financieros. Y si alguien
piensa que esto sólo puede colaborar, a modo de profecía autocumplida, con la
generación de una crisis, él ya lo dijo primero: nada podemos hacer para
influir sobre la economía. No hay responsabilidades individuales sobre
consecuencias sociales.
¿Es peligroso Tessore? Por supuesto. Así como yo
escuché su spot, pueden haberlo escuchado miles de personas. Pero no es eso lo
que me preocupa, ya que creo que la mayoría es perfectamente capaz de detectar
la inconsistencia e inmoralidad de sus argumentos. Lo que sí me preocupa es que
está influyendo sobre muchas personas que crean opinión pública, y lo está
logrando gracias a alguna razón que quizás tenga que ver con un rasgo carismático
que desconozco porque jamás lo he visto
personalmente, y en las filmaciones me ha provocado el mismo tipo de rechazo
que me despierta Claudio María Domínguez (y vuelvo una y otra vez a la
asociación, y por eso pienso que por ahí puede andar la cosa). Y lo que digan
esas personas sí me preocupa, porque usan estos
argumentos implícitamente y por ello favorecen la generación de una cierta
percepción acerca de la realidad que termina colaborando en su creación. Pero
todavía me preocupa más el que sus propuestas estén siendo difundidas por ciertos
medios de comunicación.
Vamos a citar, entonces, algunos de los medios en se
ha dado difusión directa a las ideas de Tessore.
Uno de
ellos es el blog Vil Metal, en el
que una de las periodistas que lo administra describe la experiencia de haber asistido a un
seminario de dos semanas con Federico Tessore. El posteo corresponde al 10 de
agosto de 2010. Y le dedica dos posteos más: el
22 de septiembre de 2010 y 12 de septiembre de 2010. Este blog está administrado por dos periodistas. Cecilia
Bouffet trabaja en la Revista Noticias
desde 2005 y creó este blog en 2010, asociado a un programa de radio en FM Milenium. Y Virginia Porcella es
periodista especializada en economía y profesora de la Universidad Abierta Interamericana. Tiene un programa en Radio UBA todas las mañana y un
programa semanal dedicado a emprendedores en FM Palermo.
Otro blog
en el que aparece la colaboración de Tessore es Punto de Vista Económico. Tampoco se trata de un blog de amateurs o
principiantes, sino de profesionales y profesores universitarios que han
escrito libros y colaboran en revistas de la especialidad.
También
podemos citar a Business is fun.
Detrás de este blog hay trabajando un grupo bastante nutrido de personas.
Fernando Arocena es director de las revistas Punto a Punto y Ocio,
accionista y socio fundador de Editorial
CEO desde 1997, columnista televisivo en El Show de la Mañana (canal 12), asesor de marketing y comunicación
para empresas. José Busaniche es periodista en Punto a Punto, donde también
colabora Lucas Croce desde 2001. Mauro Duarte, por su parte, trabaja en una
compañía multinacional a la que no nombra, y por supuesto, en la Revista Punto
a Punto. Jimena Domínguez y Consuelo Cabral no dicen mucho sobre su currículum,
aunque esta última termina su presentación en el blog con la frase “En
fin, hay q meterle onda al tema de cambiar el mundo, es nesario.” (sic)
La pata
en los medios más masivos, Federico Tessore parece haberla encontrado en La Nación, que le ha dedicado al menos
tres notas, todas elogiosas.
La
primera es del 24 de enero de 2010, y difundía sus cursos y estrategias de
capacitación: “Educación en internet parael interior o de exportación”.
En la
segunda, del 16 de abril del mismo año, se difundían sus acciones de
capacitación para inversores individuales: “¿Cómoaprender a invertir en la Argentina?”
Y la que más llamó mi atención fue la
correspondiente al 18 de abril, dos días después, en la que se promueve una
estrategia de inversión que me hace acordar mucho a la de quienes se
popularizaron como inversores buitres (esos mismos que asocié a una de sus
recomendaciones). Claro que los llaman con un nombre mucho más encantador: “Los ángeles que invierten en la web”.
La elección de la fotografía que ilustra la nota no es en lo absoluto inocente... aunque la expresión sí lo parece.
Si
consideramos el posicionamiento de la línea editorial de La Nación respecto de
economía y finanzas, y tenemos en cuenta su grado de influencia sobre ciertos
sectores de la población con incidencia sobre ellas, se va a comprender
perfectamente por qué me preocupa el lugar que las ideas de Tessore ocupan en
este medio.
Ahora
bien, ¿a qué le apuesta Federico Tessore?
En primer
lugar, no se trata de otra cosa que de un negocio. El señor ha fundado una
compañía que se dedica a dar cursos y
vender consejos. Así de simple. Y si esos consejos son fácilmente comprensibles
para la mayoría, mejor, porque entonces más vende (y se gana mucho vendiéndole
unos panfletitos por $228 anuales a mucha gente). Por eso abona a argumentos
simplistas y falaces: simplemente porque son vendibles. Pero además, esos mismos
argumentos simplistas y falaces también son difundidos por los medios sobre los
que influye, y a precio de tapa de diario, o gratis a través de internet, radio
y televisión. Y así se produce una asociación en la que todos ganan: Tessore
logra difusión de sus ideas, y los medios colaboran en crear las percepciones
sobre las que él fundamenta sus pronósticos y propuestas. ¿Será este su “100%
retorno?”
¿Por qué
se dejan encandilar los especialistas?
Hay razones
que la razón no entiende, y yo creo verlas en la forma de apelación a la
afectividad que realizan ciertos líderes carismáticos negativos. Pero esto sólo
justificaría a algunos periodistas, sobre cuya moralidad no tengo por qué
sospechar. Pero el posicionamiento de los medios y ciertas instituciones ya
hemos visto que es otra cosa. No es casualidad que Tessore haya aparecido de
pronto en el 2010 y en todos lados a la vez.
La
intención de crear falsas expectativas que perjudiquen a la economía es clara. Pese
a lo que postulan las ideas que promueven, saben que la economía está
condicionada por el comportamiento de las personas, y que hablar de economía
sólo con números es tan pobre como hacerlo sin ellos. En economía también se
verifica algo que los especialistas en Psicología han denominado Efecto
Pigmalión, y está muy estudiado en otros ámbitos, pero es perfectamente transpolable:
las expectativas que tienen las personas respecto de la realidad terminan
conformándola. Vamos a un ejemplo claro y bien actual: si los medios divulgan
todo el tiempo la cotización del dólar paralelo, se va creando la percepción de que ese es su
verdadero valor; si simultáneamente opinan que en un cierto tiempo va a
aumentar notablemente porque el tipo de cambio está atrasado, muchos pequeños
ahorradores van a salir a comprar dólares en negro convencidos de que protegen
su dinero. Ergo: el dólar aumenta, creando la ilusión de que se previó lo que
iba a suceder, cuando en realidad se lo provocó.
Otro
ejemplo: supongamos que se publica en un diario que no hay suficiente dinero en
los cajeros automáticos para abastecer la demanda de todo el fin de semana. O
más, que está faltando liquidez. Si muchos de los que leen la noticia se
asustan y deciden asegurarse dinero en efectivo –que quizás ni siquiera
pensaban retirar- terminarán vaciando los cajeros antes de que el dinero sea repuesto el lunes. En donde vivo, San
Miguel, esto pasa todos los fines de semana. Porque bastó con que sucediera
una vez, para que la conducta quedara fijada. Esto también ha sido estudiado
por la Psicología: se llama aprendizaje
por refuerzo único, y está asociado a la alta emocionalidad que se sintió
en el momento. En el momento de ir al cajero y encontrarlo vacío. Por supuesto
que no es esa la mejor situación para reflexionar acerca de lo que pasó: simplemente
le dedicamos unos pensamientos al Banco, a la Presidenta, al Gobernador, y a la
madre que nos dio la vida.
Esta es
la estrategia que tienen hoy ciertos medios para influir políticamente. Como no
pueden determinar las líneas de la política económica, crean expectativas
negativas sobre ella para influir sobre el comportamiento de la sociedad. Si
les interesa ver algo más sobre esto, les recomiendo leer “Detrás de los
cacerolazos” en este mismo blog.
La Nación
develó, al publicarlo con nombre y apellido, que sigue los caminos sugeridos
por Tessore. Otros medios fueron más astutos. Sin embargo hablan de ajuste,
fuga de capitales, desplome del precio de la soja, devaluación del real,
descontrol en los subsidios, ajuste de tarifas… y aunque la realidad muchas
veces los desmienta.
La idea
de generar expectativas negativas para condicionar la conducta de los actores
de la economía está clara. Y a través del clima negativo que propician, buscan
influir sobre la política. Si quieren más ejemplos, no tienen más que ir hacia
el televisor y encenderlo. O mirar la pantalla del teléfono para ver que acaba
de entrar un TW:
TN - Todo Noticias@todonoticias 4 de junio
En otros medios: En mayo se fueron depósitos por
más de u$s 1.200 millones en http://TN.com.ar http://tn.com.ar/politica/00098237/en-otros-medios-en-mayo-se-fueron-depositos-por-mas-de-us-1200-millones vía @todonoticias
¿Una
última perlita? Fernando Tessore es en sí mismo un fraude, en coherencia con la
inmoralidad de sus propuestas. Ya lo cantó un catalán: “uno sólo es lo que es y
anda siempre con lo puesto”. El spot que presenta como su análisis sobre la
realidad económica argentina no es otra cosa que la afanosa adaptación de la carta que otras personas construyeron -con los mismos fines que él decidióadoptar- para asustar a los inversores norteamericanos. Pero esa es otra
historia.