Allí, con él, estuvo mi abuelo: el suboficial de la Marina Cristóbal Mesa. No sólo estaba convencido de las bondades de una política ligada a lo popular y a la equidad en las posibilidades, sino que estaba comprometido con esas ideas.
También, a su tiempo, estuvo encantado por "un curita nuevo que trabaja con los pobres" y que luego sería asesinado: el Padre Mujica. Sentía por él la misma devoción que había sentido por Evita; y con equivalente recelo y odio hablaba de Aramburu, Rojas y de un militar joven que le parecía peligroso, perverso y nefasto: Massera.
En 1968 le tocó a él ser asesinado. Fue emboscado en la puerta de su casa, cuando salía a trabajar. Ese año murieron varios militares que compartían sus ideas democráticas y populares, todos de la misma manera.
Si uno tiene la vida familiar atravesada por la historia, como es mi caso, ve que los nombres se repiten: los jóvenes militares que estuvieron de un lado y otro en el '56 eran los mismos que confrontaban ideológicamente en el '68. Y los que eligieron saldar diferencias como asesinos en ambas fechas, son los que llegaron a altos puestos a partir del '76.
Vaya mi homenaje para el Gral Valle, y para los que, como mi abuelo, son los olvidados de la Historia pero la construyeron.
Este recuerdo se lo dedico a mi mamá: Marta Isabel Mesa, quien está despertando a muchas cosas que no comprendía, y está recuperando su historia.
Este recuerdo se lo dedico a mi mamá: Marta Isabel Mesa, quien está despertando a muchas cosas que no comprendía, y está recuperando su historia.