Al Ministro Julio Alak
Viviana Taylor
Donde ustedes regaron la tierra
con lágrimas,
nosotros regamos alegría.
Donde ustedes arrancaron
gritos,
nosotros arrancamos
risas.
Donde ustedes sembraron
lo inefable y lo siniestro,
nosotros sembramos sueños.
Y allí, justo allí,
donde ustedes silenciaron voces,
nosotros celebramos la palabra.
Y el disenso.
las manos que torturaban;
esas manos que alentaban
las manos que amordazaban;
esas manos que arengaban
las manos que mataban;
esas manos que proyectaban
las manos que apropiaban;
esas manos que se abrieron
para arrebatarnos
los hijos y los bienes,
las vidas y la Patria.
Esas mismas manos cómplices
eligieron solapar
la Justicia descorriendo su velo
sobre la maldad agazapada,
la vileza
y el desasosiego.
Las mismas manos
que ahora impulsan
la indignación impostada,
el dolor mal simulado.
Son resentimiento y desencanto.
regando la tierra con alegría,
arrancando risas,
sembrando sueños,
celebrando la palabra.
los gritos arrancados,
lo inefable y lo siniestro,
el silencio
han asistido al parto
de nuestra alegría,
de cada risa,
de los sueños,
de la palabra.
sus manos nos forjaron.
Los espanta lo que somos.
No es lo que pretendieron.
Viviana Taylor