El silencio de los inocentes:
Entre foja 0 y ART
Por Viviana Taylor
La indignación de la opinión
pública (que no ha olvidado que el Presidente Mauricio Macri y su familia ya se
habían beneficiado de la estatización de sus deudas gracias a los buenos
oficios de Domingo Cavallo, cuando la dictadura cívico-militar preparaba su
retirada) empujó al presidente a una vergonzosa conferencia de prensa en la que
tuvo que cambiar de posición frente a dos asuntos sobre los que había preferido
no hablar:
1.
El
acuerdo por la condonación de la casi totalidad de la deuda por el
incumplimiento del canon que debía abonarle el Correo SOCMA al Estado por la
explotación del Correo Argentino.
2.
La
modificación a la baja del cálculo de las jubilaciones, y de su actualización
semestral.
Respecto del primer asunto,
su anuncio de que instruiría al Ministro de Comunicaciones Oscar Aguad para
llevar a “foja cero” el asunto del Correo fue extemporáneo: el fiscal Juan
Pedro Zoni ya los había imputado a ambos, junto con el director de Asuntos
Jurídicos de Comunicaciones Juan Manuel Mocoroa. Y aunque haya alegado torpeza
e ignorancia, nadie puede apelar a ellas, principio que es consecuencia de la
doctrina de los actos propios. Cuánto menos un presidente, un ministro de
comunicaciones y un director de asuntos jurídicos, autocalificados como parte
del “mejor equipo de los últimos 50 años”. Como tampoco puede apelar a la
remanida excusa de que tuvo que hacerlo porque “no lo hizo el kirchnerismo
durante 12 años”, que lo autoincrimina más que disculparlo.
La autocondonación
presidencial de esta deuda multimillonaria ha sido un acto de corrupción
descomunal e inédito en nuestra historia. Una condonación que va en paralelo a
la multimillonaria demanda que presentó el grupo SOCMA (Sociedades Macri)
contra el Estado por “daños y perjuicios” adoptando una conducta contraria a la
buena fe procesal, dado que no comunicó ni al tribunal ni a los funcionarios
intervinientes el inicio de esta acción mientras se encontraba negociando con
el Estado su deuda para con él (o sea, para con todos nosotros). La estrategia
del Grupo Macri era pagar poco de su deuda ($600 millones, con una quita de
¡$70 mil millones!) y cobrar mucho ($2.365 millones).
Tan descomunal e inédito es
el grado de corrupción, que ha sido tapa de los principales medios gráficos
internacionales, y de emisoras de radio y televisión de todo el mundo, que han
vuelto a recordarnos que es uno de los cinco jefes de estado involucrado en el
caso de los Panamá Papers, sin privarse de señalar que tres de ellos son señores
feudales de emiratos árabes, y que el otro mandatario civil debió renunciar. No
fue la conducta adoptada por Macri, que ha asumido la misma actitud que los
señores feudales.
Tan descomunal e inédito,
que la titular de la Oficina Anticorrupción Laura Alonso –hasta ahora de una
lealtad inquebrantable lindante con el incumplimiento de sus deberes como
funcionaria pública- se negó a poner sus “manos en el fuego” por Macri
respondiendo que sólo las pone por sí.
En síntesis: la sola
promesa de volver el proceso a foja cero demuestra que Macri -aunque se diga
desvinculado de SOCMA- es en realidad quien toma la decisión representando la
voluntad de ambas partes. Y, en todo caso, la cancelación unilateral del
acuerdo le permite a SOCMA iniciar acciones legales contra el Estado Argentino.
Una más.
Respecto del segundo
asunto, insistir en que la baja del cálculo para determinar el monto de las
jubilaciones y su actualización semestral es de monedas, y que es más
importante bajar el déficit, vuelve a poner su propia torpeza y la de su equipo
como justificativo. Lo que está vaciando las cajas jubilatorias es la política
económica de ajuste, endeudamiento, desindustrialización, retracción de consumo
y desempleo llevada adelante por este gobierno –su gobierno-, y no el cálculo
para determinar los montos de los beneficios. Estas “monedas” que tan
livianamente desestimó Macri en su conferencia de prensa, explicando que sólo
se trataba de unas décimas de puntos, revelan la insensibilidad social y el
desprecio profundo del presidente y de sus funcionarios hacia los sectores más
vulnerables: estamos hablando de un universo de 8 millones de personas entre
jubilados de la mínima, beneficiarios de la AUH, y pensiones de los
excombatientes de Malvinas. Un universo que ya ha sido afectado por la pérdida
de 10 puntos contra la inflación del año pasado: una pérdida que recuerda el
brutal descuento del 13% de la Alianza, varios de cuyos funcionarios integran
este gobierno (por caso, Patricia Bullrich, por entonces Ministra de Trabajo y
hoy de Seguridad, la mejor síntesis del modelo que proponen: ajuste y
represión).
Tanta torpeza y falta de
sensibilidad llevan a pensar que todos estos anuncios fueron una larga cadena
de intentos de sembrar cortinas de humo. La impopular y escandalosa baja en las
jubilaciones parecería haberse anunciado como un desesperado intento de quitar
de la escena mediática el caso del Correo, que ya estaba arrastrando no sólo al
Presidente Mauricio Macri y a varios de sus emblemáticos funcionarios (Peña,
Quintana, Aguad, Alonso…) sino a sus tres hijos mayores, para quien el diputado
Tailhade pidió la extensión de la investigación y su imputación. Pero la
estrategia de ocultamiento no funcionó.
La segunda cortina de humo
se puso en marcha. Eso fue la conferencia de prensa en la que Macri intentó
mostrarse cediendo (ante lo ya inevitable) como una estrategia para desviar la
atención de lo que todavía podía salvarse: la ley de ART. Y esta vez sí resultó:
si bien el escándalo y las protestas generalizadas hicieron que los aliados
opoficialistas del massimo y del bloque justicialista que ya habían negociado
el respaldo a la propuesta de reformular la ley de ART cambiaran de oposición,
para no mostrarse pegados al gobierno en su peor traspié político, no fue más
que una puesta en escena para salvar la “dignidad” y la “imagen” ante la
tribuna. Concedieron quorum, aunque se abstuvieron al momento de votar. El
resultado fue el mismo que si hubiesen votado en positivo tal como habían
negociado. Ganó el gobierno, los opoficialistas salieron hechos, volvimos a
perder los trabajadores.
A pesar de que esta haya
sido la semana políticamente más complicada para el gobierno en general y para
Mauricio Macri en particular, no ha sido más que otro eslabón en la cadena de
sus acciones de gobierno, que responden a una política de expoliación del
Estado en favor de las corporaciones económicas y financieras, de las que
forman parte. La diferencia es que esta vez los hilos quedaron expuestos. Sin
embargo, seguimos perdiendo.
Pero este es un año
electoral y tenemos en nuestras manos una herramienta para ponerle freno.
La decisión es nuestra.
Retomar la construcción un proyecto de país nacional, popular, justo, libre,
soberano, regionalmente integrado, un proyecto mejorado, que nos permitirá
seguir avanzando en la conquista de nuestros derechos. O lanzarnos definitivamente al abismo al que
este gobierno nos está empujado.
Viviana Taylor
Educación y Territorio San Miguel
Twitter: @EyTSanMiguel
eytsanmiguel@gmail.com