Todos los caminos conducen a…
1ª Parada: Sergio Massa
Cruce de caminos: Sergio Massa – MauricioMacri
2ª Parada: Mauricio Macri
Parada Final
El Centro del Círculo Rojo
Por Viviana Taylor
Esta mañana -sábado 28 de
diciembre de 2013- la periodista Mona
Moncalvillo relató un hecho inquietante en su programa radial Núcleo Duro.
Para quienes no la conocen (cierta prensa hegemónica prefiere no
nombrarla ni para criticarla, no vaya a ser que le sumen oyentes aunque más no
sea por curiosidad para ver de qué hablan) aclaro que vengo siguiendo a
Mona desde el año 1980, cuando la descubrí por sus antológicos reportajes en la
recordada Revista Humor®, y no tengo
dudas sobre su honestidad intelectual –ni periodística, por si hiciese falta
especificar-. De modo que lo que contó, lo doy por corroborado.
Los hechos relatados fueron
estos: en la localidad bonaerense de Caseros estaban sufriendo un corte de
electricidad como los que se vienen repitiendo y continuando desde hace días,
cuando un grupo de vecinos llamó a la casa de otro para invitarlo a hacer un cacerolazo
con corte de avenida como protesta. Este vecino expresó su disconformidad con
perjudicar a quienes estuviesen intentando llegar a sus casas –igual de
acalorados y quizás igual de afectados por los cortes- por lo que después de
barajar varias opciones decidieron hacer un cacerolazo en la empresa. Como
sabían que no iban a permitirles la entrada, se organizaron y simularon ir a
pagar la factura: así fue como de a uno fueron llegando hasta juntarse 25 de
ellos, y comenzó el cacerolazo. Después de un rato de bullicio insoportable,
apareció alguien con cierto poder de decisión (o de intercesión con quienes
efectivamente lo tienen, para ser más precisa) y les prometió que si se
retiraban en una hora tendrían la restitución del servicio eléctrico. Pero no
accedieron: desconfiados, decidieron quedarse allí hasta que de sus propias
casas los llamaran para comunicarles que había vuelto la electricidad. Y cosa ‘e
Mandinga, en menos de una hora comenzaron a sonar sus celulares con la buena
noticia: ¡volvió la luz!
A ver: estos días –y cada vez que
hay una suspensión de servicios de este tipo- se suelen escuchar historias
sobre empleados no del todo afectos a la honestidad, o más bien afectos al
intercambio de prioridad por estímulos económicos, que por diferentes sumas –peso
más, peso menos- restablecen el servicio más rápidamente.
Pero este relato es
sustancialmente diferente: no se habla de uno o dos empleados, ni de una cuadrilla
que estimulada por unos pesillos desvía su trabajo desde una zona hacia otra.
Estamos hablando de una empresa con capacidad para devolver un servicio donde
no lo había. Y yo me pregunto: ¿habrán tenido la misma diligencia para
privarlos de él? Voy a ser más directa: ¿habrán cortado la luz a propósito, sin
aviso previo? Y si lo hicieron: ¿cuántos de estos cortes fueron a propósito? Si
fueron “cortes preventivos”, ¿por qué no se avisó de modo que todos pudiésemos
prevenirnos de las dificultades inesperadas? ¿O es que detrás de estos cortes
hay otras intenciones, de orden político antes que técnico?
Estaba pensando en esto cuando por
esas cosas del pensamiento lateral –que es una forma elegante de llamarle a la
loca asociación de ideas- recordé una foto. Esta foto.
Esta fotografía fue tomada el 19
de noviembre de 2010, durante la fiesta de cumpleaños de Augusto Rodríguez Larreta, quien durante
más de diez años fue el gerente de
Relaciones Institucionales del Grupo IRSA (propietario de los shoppings Alto Palermo,
Paseo Alcorta, Patio Bullrich, Abasto, Buenos Aires Design y Dot; y accionista
mayoritario del Banco Hipotecario en sociedad con el Estado). En la
Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires lo señalan como quien –aprovechando la
relación con su hermano Horacio
Rodríguez Larreta como Jefe de Gabinete- llevó adelante el lobby para que
se aprobara el megaemprendimiento inmobiliario que impulsaban tanto el holding
Grupo IRSA como la gestión PRO en la ex Ciudad Deportiva de La Boca: un barrio
de lujo similar a Puerto Madero con torres de 50 pisos junto a la Reserva
Ecológica, que finalmente no logró el acuerdo en la legislatura y se frustró.
Mientras este proceso de lobby estaba en
plena gestación, Augusto Rodríguez Larreta apareció en el Boletín Oficial del
18 de abril de 2012, donde se publicó su designación como asesor en del Ministerio de Gobierno porteño, con un sueldo de 16.995
pesos (mayor que el de un director general), a pesar de la incompatibilidad
entre los intereses privados que defendía y los públicos que supuestamente iba
a defender. Parecería que los porteños iban a pagar con sus impuestos la defensa
de los intereses de un puñado de privados. O más bien, era la confirmación de
que ya lo estaban haciendo: la publicación fue tardía, puesto que estaba
contratado desde el 10 de diciembre de 2011, según consta en la Resolución 71
del Ministerio, como asesor en temas políticos. Y, aunque no se le pagaron los
sueldos hasta la publicación de la resolución, el cobro de los mismos fue
retroactivo a la fecha de su nombramiento en diciembre.
¿Cuáles eran sus méritos en política? Había
sido vocero de los ministros menemistas
Oscar Camilión (de Defensa) y Roque
Fernández (de Economía); estuvo involucrado
en la causa por sobresueldos en el gobierno de Menem (le dictaron la falta
de mérito); y en 1999 formó parte del equipo
de campaña de Palito Ortega.
Como corresponde al cumpleañero, de pantalón
negro y camisa blanca, ocupa el centro de la escena.
El tercero contando desde la izquierda es Jorge Rendo,
el principal operador judicial de Ernestina
Herrera de Noble –junto con Pablo
Casey, sobrino de Héctor Magnetto-. Es su haber cuenta las medidas
cautelares contra la Ley de Medios, y la caída de Roberto Marquevich, el juez que dejó de serlo después de haberse entrometido
con la identidad de los hijos ilegítimamente adoptados por Ernestina Herrera,
que llevan el apellido de Noble a pesar de que llevaba años fallecido cuando
los niños nacieron –y, lógicamente, cuando fueron apropiados-. Uso esta
expresión porque toda adopción ilegal es una apropiación: no entraré en delicadezas
semánticas con un tema de semejante gravedad, sobre el que ya he escrito antes.
Podría parecer extraña la presencia de Rendo
en este cumpleaños: el dueño del holding del que el cumpleañero Augusto todavía
era gerente, Eduardo
Elsztain, había querido formar parte de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), pero Clarín –uno de los dos
grupos concentrados que la dominan- se lo impidió por su condición de judío
practicante. Sí: por eso. No fue una razón que se hubiesen preocupado por
disimular, así que el propio Elsztain lo puede corroborar.
En fin: Elsztain no está en la foto y Rendo
sí. Tres años después de cuando fue tomada, Augusto Rodríguez Larreta ya no
está en IRSA pero las relaciones con el Grupo Clarín siguen yendo de lo mejor: el
macrismo proyecta cederle el edificio El
Dorrego a emprendedores privados para que desarrollen un Centro Metropolitano Audiovisual, y transfirió
un millón de pesos del programa de Intervención Social en las Villas para reacondicionar el edificio antes de entregarlo
a privados, entre quienes se encuentra Adrián
Suar –vinculado al Grupo Clarín a través de Polka/Canal 13-. En efecto, la
remodelación fue dispuesta mediante la resolución 647/13 del 30 de agosto de
2013 por el ministro de Desarrollo Económico Francisco Cabrera, con
posterioridad al tratamiento en la Comisión de Cultura de la Legislatura
porteña del proyecto de su traspaso a manos privadas.
Un
recorte similar, de 3 millones de pesos, proveyó los fondos transferidos al programa Industria Audiovisual, uno de
cuyos eventos es “Buenos Aires, Ciudad
de Moda”, en los que Julieta Spina –la esposa de Augusto
Rodríguez Larreta- coordina los desfiles de moda.
Evidentemente, la protección mediática del
Grupo Clarín y sus asociados (La Nación y Perfil entre otros) le cuesta
millones a los porteños, que pagan no sólo con pauta publicitaria, sino sobre
todo con negocios inmobiliarios, pérdida de espacios verdes, y honorarios de
funcionarios que los defienden y promueven sus negocios.
Volvamos nuevamente a la foto. Tomado del
hombro de Rendo aparece Carlos Pagni: el segundo desde la izquierda.
También es segundo en La Nación,
donde ejerce su oficio de periodista como aspirante a sucesor de Joaquín Morales Solá, el gran novelador
de intrigas palaciegas. Por ahora, Joaquín resiste. Pero Carlos hace buenos
méritos para sucederlo: sus novelas y noveletas, palaciegas y de negociados y
corruptelas varias, nada tienen que envidiarle.
Lo que quizás Carlos Pagni no sospechaba por aquellos días de festejo es que el
escándalo por el espionaje a mails de
funcionarios iba a llevarlo a ser procesado: en septiembre de 2012 la
titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 1 de San Isidro,
Sandra Arroyo de Salgado, lo procesó por los delitos de “revelación de secretos”,
y un año después -en septiembre de 2013- la Cámara Federal de Apelaciones de
San Martín confirmó el procesamiento sin prisión preventiva de Juan Bautista “Tata”
Yofre -el ex titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (ex SIDE)
durante la presidencia de Carlos Menem-, del ex agente de inteligencia Pablo Carpintero;
el ex secretario general del Ejército Daniel Raimundes; de los directores de
los portales SEPRIN y Urgente24 (Héctor Alderete y Edgard Mainhard,
respectivamente); del empresario periodístico Néstor Ick; y de los columnistas
Roberto Ángel García (Perfil) y el mentado Carlos
Pagni. Tuvo suerte: la Cámara atenuó la calificación del delito: todos
ellos están imputados por espionaje ilegal, asociación ilícita y encubrimiento
agravado. Entre las víctimas figuran la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner, el por entonces vicepresidente Daniel Scioli, el ex jefe de Gabinete
Alberto Fernández, la ex ministra de Defensa Nilda Garré, el ex canciller Jorge
Taiana, el ex cónsul y actual canciller Héctor Timerman y la ex embajadora en
Venezuela Alicia Castro. La Sala I entendió que “con los elementos probatorios reunidos hasta el momento, se pudo
acreditar, con la convicción que requiere esta etapa del proceso, que se
procuró, buscó y obtuvo información que debía permanecer secreta en función de
la seguridad de la Nación”.
Qué afortunado Pagni, que vive en una
dictadura como esta y no en un país serio, libre y republicano como Estados
Unidos. Seguramente disfrutaría de una tropical Guantánamo sin derecho a juicio
y sin esperanza de defensa ni sentencia. Es algo con qué consolarse en caso de
que le corten la luz, y sienta que se asa en este diciembre de alerta roja sin
heladera ni aire.
El otro abrazado a Rendo –el cuarto, vestido
de negro, a contar desde la izquierda- es Alejandro Macfarlane, yerno de Hugo Anzorreguy, ex jefe de la SIDE
menemista, de cuya mano -durante el apogeo de Menem- llegó a la presidencia
de Telinfor, que junto con Hard
Communication –de Rodolfo Galimberti, Jorge Born y “Corcho” Rodríguez- manejaba
los juegos telefónicos de Susana Giménez que terminaron en aquel recordado y
patético escándalo entre la diva, las empresas y la Fundación Felices los Niños,
entonces presidida por el Padre
Grassi –ahora condenado pero aún no secularizado-.
Cuando se tomó esta fotografía
era CEO de Edenor, cargo que
ocupó desde 2005 hasta febrero de 2012, cuando lo abandonó después de haberse
convertido en dueño de EDELAP en diciembre
de 2011.
Pero está claro que no es por
estos cargos que está en la foto, sino por su llegada a Papel Prensa, donde se ganó un sumario
de la Comisión Nacional de Valores en su contra, junto con Magnetto, José
Aranda, Julio Saguier y Alberto Jorge Gowland Mitre, entre otros. La CNV los
denunció a todos ellos (miembros privados del Comité Ejecutivo, de la Comisión
Fiscalizadora, del Consejo de Vigilancia y directores titulares) por
"severas irregularidades" en el funcionamiento de firma.
Por esta asociación se vuelve
comprensible que por estos días, en que podrían haberlo crucificado desde sus
páginas y las pantallas de TN y Canal 13, su nombre no aparezca vinculado a los
cortes de suministro eléctrico, la alusión a su empresa se diluya entre las
renombradas y vueltas a nombrar EDENOR y EDESUR –pero, sobre todo, en las acusaciones al gobierno nacional-, y los
cortes en La Plata se desdibujen gracias a la omnipresencia de la desventura de
los usuarios de Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense. Business are
business. Y, entre bomberos, no se pisan la manguera.
Si uno de los dos grupos que dominan a AEA es Clarín, el otro es Techint. Su director corporativo, Luis Betnaza, es el sexto y está tomado de la
cintura de Augusto Rodríguez Larreta, con cuyo todavía jefe Elstain también
había tenido lo suyo: cuando en 2003 el Grupo Techint quiso quedarse con el Banco
Hipotecario, desplazándolo, contó con el apoyo mediático de Clarín y La Nación.
Pero el Duhaldismo entró en retirada… y sus anhelos con él.
Betnaza es el segundo de Paolo Rocca, el empresario que recientemente, frente a un grupo de
estudiantes de ingeniería de la Universidad
Austral, ante la pregunta acerca de cómo hacer para que los empleados se
sientan cómodos y a la vez exigirles, acotó: “te faltó agregar que hay que pagarles poco”.
Aunque el tono de la respuesta
puede dejarnos la duda respecto de qué tan en broma fue dicho, y cuáles serán
sus verdaderas convicciones sobre el trabajo, el empleo y la empleabilidad,
podemos reducir ese margen de duda contextualizándolas en las políticas
económicas que defienden: Rocca y Betnaza, quien además es vicepresidente primero de la Unión Industrial Argentina (UIA),
tanto desde esta como desde los foros de
IDEA vienen pidiendo sistemática y persistentemente una devaluación que
reafirman en los medios; y como vicepresidente
de la Fundación Mediterránea (de la que actualmente es vocal titular) en los ’90 catapultó a Domingo
Cavallo como ministro de Economía de Menem y De la Rúa. Lo que trajeron sus
políticas lo llevamos tatuado a sangre y fuego. Y lo que quienes las ponderan cuentan
-ya sabemos- es puro cuento.
Quien posa junto a Betnaza, con
la camisa blanca por fuera del jean, es Miguel
Peirano, a quien siempre se lo vinculó con el Grupo Techint, del que fue empleado por dos años. También se
cruzaron en la UIA, donde ocupó
diferentes cargos entre 1993 y 2004.
Peirano es uno de esos casos que
cuando se tomó la foto todavía nos parecían extraños, pero a los que hoy
estamos acostumbrados: fue secretario de
Industria, Comercio y Pyme de la Nación hasta 2007 cuando -aunque ya pocos
lo recuerdan- fue designado ministro de
Economía y Producción (cargo que ocupó entre Felisa Micelli y Martín
Losteau, desde el 17 de julio al 10 de diciembre de 2007). Por entonces podríamos
haberlo calificado como funcionario K
pero, cuando el escándalo por las supuestas coimas de Skanska enfrentó a Néstor
Kirchner con Paolo Rocca, su salida del
gobierno dejó en claro a quién le debía lealtad. Y aunque –según ha contado
sobre él Clarín- siempre mantuvo sus
vínculos con Elisa Carrió, ahora
acompaña a Massa en su Frente Renovador.
El primero entre tantas
presencias es Jorge
Telerman, quien había llegado a jefe
de gobierno entre 2006 y 2007, cuando el macrismo eyectó a Aníbal Ibarra apelando
a formas y pruritos que perdió en el camino en cuanto Macri ocupó ese lugar. Después
de una gestión marcada por las denuncias por el uso indebido del título de
Licenciado y una indagación fiscal por el supuesto uso de facturas truchas,
integró en 2007 una alianza con Elisa
Carrió, la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, para poder
continuar con la Jefatura de Gobierno.
De esta época viene su relación
con Augusto Rodríguez Larreta, quien fue
su asesor de campaña, con la que alcanzó apenas el tercer lugar. El primero
fue Mauricio Macri, cuyo jefe de campaña del PRO fue Horacio Rodríguez Larreta.
En 2011 Telerman insistió, pero
obtuvo apenas el 1,76% de los votos. Y desde mediados de este año forma parte
del gabinete de Scioli en la
Provincia de Buenos Aires, como presidente
del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
Mal que pueda pesarle –o no- a
Telerman, no representa ni las microgotas de poder que exudan quienes comparten
con él la foto. La imagen parece, más bien, una metáfora del verdadero poder
detrás de la apariencia de poder. Detrás de una cara conocida y reconocible,
entre tantas otras más o menos desconocidas se oculta el verdadero poder, el
que está entre las sombras y sólo ocasionalmente se deja ver. Aunque siempre a
medias.
El verdadero poder ni siquiera es
el que se abraza y es abrazado por Clarín y Techint. El verdadero poder son Clarín y Techint, que abraza
abrasando. ¿O abrasa abrazando? No importa: es de ambas formas.
El país que proponen y por el que
luchan Clarín y Techint es un país para pocos. Un país en la línea que proponía
Martínez de Hoz –el más honesto en explicitarlo- y que se consolidó en la
década de los ’90, cuando uno de cada cuatro argentinos perdió el trabajo, se
dio la mayor concentración del ingreso de la que pueda dar cuenta nuestra
historia, y más de la mitad de los argentinos caímos bajo la línea de la pobreza.
En esta lucha por recuperar ese
país que mejor entiende y más le gusta, quizás Clarín haya cometido un error,
seguramente envalentonado en la convicción de su pasada omnipotencia: volvió demasiado
visibles sus intereses. Como en un ajedrez demasiado confiado, sacrificó a
todos sus peones, y ahora le peligran sus más valiosos trebejos.
Quizás por esta imprudencia, por
no poder parar en la escalada de agravios y una construcción casi literaria de
la realidad cuando debió hacerlo, por no ejercitar la mesura y cuidar la
verosimilitud en la elección y el grado de las denuncias, poniendo
repetidamente en riesgo una credibilidad cada vez menos creíble, está obligando
a salir a otros al juego.
Creo que esta exposición obscena
de la miseria del Grupo Clarín, a través de sus medios propios y afines, marca el
final de una forma de batalla. Pero no de la guerra.
El Grupo Techint ha dado muestras
de estar alistándose para salir al ruedo con más fuerza. Seguramente, también,
con mejores armas y estrategias.
Si no me equivoco, esta
fotografía nos servirá de testimonio de una época en que todavía no conocíamos
ciertos rostros pero que, gracias a la pluralidad de voces que garantizará la
Ley de Servicios Audiovisuales que tanto nos costó conseguir, se nos volverán
reconocibles.
Los peones, ya los conocemos. Sus
nombres y sus caras siguen apareciendo como fieles servidores de su proyecto.
Cada vez menos creíbles. Cada vez más payasescos.
Epílogo
Esta serie de posteos, a la
que llamé “Todos los caminos conducen a…” tuvo su origen en una expresión
de Mauricio Macri: el círculo rojo.
Con esta expresión no desnudó
nada que no pudiésemos saber o al menos sospechar. Pero le puso nombre. Y con
el nombre llegó la confirmación de su existencia y de su tangibilidad. A partir
de sus dichos, no quedaron dudas de que el círculo rojo no sólo tiene una
existencia real, sino que actúa. Y ya no podrá hacerlo desde las sombras.
Por esas cosas del destino,
apenas unas horas después de posteado el último artículo de esta serie, a Macri
volvió a soltársele la lengua. O, con más precisión, esta vez se le soltaron
los dedos.
Si bien algunos veníamos
sospechando que mucho de este caos emocional que algunos medios venían
fogoneando –al calor de la temperatura y los cortes de energía eléctrica- contaba
con la colaboración de las empresas en cuestión (y con la sugerencia de esta
hipótesis comencé este artículo), volvió a ser su imprudente verborragia la que
confirmó las sospechas.
La expresión no deja dudas. No
usó conjugaciones que sugieran posibilidad. Afirma y da por sentado: los cortes
están programados y la información, que podría colaborar en la previsión de al
menos parte de las incomodidades que generan, se retacea.
¿Cómo es que Mauricio está tan
seguro? Quizás porque lo sabe.
¿Cómo es que Mauricio lo sabe?
Quizás porque, además de las relaciones que han quedado descriptas más arriba,
hay otra que no entró porque la persona en cuestión no está en la fotografía
que articuló la estructura de la descripción, como muchas otras que seguramente
también forman parte del núcleo del círculo rojo y tampoco están. Me estoy
refiriendo a Nicolás Caputo, amigo
de Mauricio Macri y uno de los dueños de EDESUR.
Caputo no es un recién llegado a la
vida del Jefe de Gobierno porteño: se conocen desde los 6 años, cuando ambos iban
al colegio Cardenal Newman. Fue quien lo contuvo ante cada destrato de su
padre, quien pagó el rescate por su secuestro, y quien lo acompañó como testigo
en su casamiento con Juliana Awada. Por
eso, también otros lo han descripto como “hermano
de alma de Mauricio”.
Así fue que pasó de ser su
sostén emocional a su socio: Caputo es dueño de Mirgor S.A., una empresa de aires acondicionados para autos, que crearon juntos en 1983, y que luego se
expandió a la refrigeración privada, la telefonía celular y los microondas. Y
fue la mano derecha de Macri en la compra y venta de jugadores en Boca.
Y de su socio, pasó a parte de
la mesa chica en la que Mauricio toma las decisiones de gobierno: apenas asumido
su primer mandato como Jefe de Gobierno, Mauricio lo nombró su asesor. Pero fue
rápidamente cuestionado por incompatibilidad: Caputo era un fuerte contratista
del Estado, y una cosa es disimular su doble juego tras bambalinas, y otra
hacerlo subir a escena. Después de un intento por legitimarlo declarando que su cargo era
ad honorem, no quedó otra posibilidad
que la renuncia.
Sin embargo, Caputo no se
quedó afuera. No es extraño verlo llegar después de las reuniones de gabinete,
para conversar con los ministros y otros funcionarios sobre cuestiones relativas
a la gestión de gobierno. Dicen que tiene más afinidad con el ala peronista del
PRO, compensando con carisma y capacidad de diálogo las carencias del Jefe de
Gobierno.
Nicolás Caputo es, al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, lo que podríamos llamar una eminencia gris: un poder desde las sombras. De hecho ha sido descripto como el “jefe de gabinete sin papeles”.
¿Y qué clase de empresario es?
La empresa familiar Caputo S. A. (con
una participación del 20% de las acciones) lidera el mercado de la construcción
privada (construyó el Shopping Abasto, el Casino Trillenium en Tigre y la
planta impresora del diario La Nación). Es, además, contratista en la Ciudad
desde la década del ’70. La empresa SES
S.A. (que controla en un 50%) es la principal contratista para la reforma y
mantenimiento de los hospitales municipales. Si bien estas obras fueron otorgadas
antes de la asunción de Macri, la oposición ha señalado en varias ocasiones su
recelo por el decreto con que Telerman (el
primer personaje que aparece –aunque con difícil justificación- en la
fotografía de cumpleaños que inició este posteo), apenas seis días antes de
terminar su mandato, avaló la redefinición de mayores costos para esas tareas.
En 2010 ganó la licitación para la reparación de 14 escuelas por 30 millones de
pesos, y para las obras bajo nivel de los ferrocarriles, durante cuyo trámite
se realizó una transferencia de 300 millones hacia Autopistas Urbanas S.A. (AUSA), una empresa del gobierno de la
Ciudad, con caja propia, que no está sujeta a la ley de compras y
contrataciones.
La empresa también tiene contratos con la
Nación, a través del Ministerio de Planificación Federal: no quedan dudas de
que De Vido sabía precisamente a
quién le hablaba, cuando ayer -frente a los cortes de energía recurrentes y
sostenidos- pidió que los responsables se hicieran cargo. Es que el Grupo Caputo S.A. también opera en el
rubro energético a través del Grupo
SADESA, que controla el 48,5% de EDESUR.
En EDESUR, Nicolás
Caputo ingresó con su nombre, pero no lo hizo así en el negocio de la alta
tensión. Sus familiares y los de Macri construyeron junto con José Cartellone
las empresas Líneas Mesopotámicas S.A.
(LIMSA) y Líneas del Litoral S.A.
(LITSA), que se fusionaron recién el año pasado por autorización del Ente Nacional Regulador de Energía (ENRE),
pero que en 2006 se quedaron con un negocio de 1001 millones de pesos para la
construcción del "Subtramo Norte de
la Interconexión Rincón Santa María – Rodriguez", licitado por el
gobierno nacional cuando la represa binacional Yacyretá subió su cota para garantizar mayor suministro de energía
al norte y a la ciudad de Buenos Aires.
En la actualidad, todo ese tramo de
alta tensión está en manos de LITSA:
el 46,5% de sus acciones pertenece a Cartellone
(a través de Tito Biagini) y otro
40,5% a Sideco Americana del Grupo Macri (a través de Nicolás Caputo).
No se entendería de otra manera la reacción del Jefe del Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires, cuya respuesta a la interpelación de De Vido a los
responsables de las empresas, fue suspender sus vacaciones para –en presurosa
conferencia de prensa- responder como si el mismísimo diablo le hubiese tocado
el propio culo. Parece que nada resulta tan incómodo e impúdico como que a uno
le toquen el culo públicamente, cuando lo tiene visiblemente sucio.
Este año, además, Caputo se adjudicó
la construcción de un edificio para instalar un data center y oficinas que
serán utilizados por las empresas First
Data Cono Sur y Posnet (por casi
50 millones de pesos) como parte del Distrito
Tecnológico que se creó en Parque Patricios.
Ahora, en serio… ¿no es una
ironía del destino en estos vericuetos del camino, que justo Mauricio y Nicolás
funden una empresa que fabrica aires acondicionados, que además Nicolás esté
en el negocio de la distribución de la energía y ambos en el de la alta tensión, y se arme semejante zafarrancho
en el que Mauricio parecía más interesado en sacar alguna ventaja política y dejar a su nombre fuera del brete, que
en resolver algún problema?
Extraña ventaja política la
que pueda proveer una conferencia de prensa en la que se apuró a exculpar a su
amigo y socio (y, de paso, expulsarse a sí mismo, silenciado tras él), adjudicándole toda responsabilidad al gobierno nacional.
Seguramente no se sentía tan apremiado por la emergencia energética que declaró en la
ciudad, como por haber tenido que suspender sus vacaciones para poner la cara -paradójicamente- para que permaneciera oculta. Al
menos, eso pareció indicar el que –apenas un par de horas después de su vuelta-
haya retomado sus vacaciones en Villa La Angostura, sin capacidad ni viveza
para quedarse simulando un interés que evidentemente no tenía ni tiene.
En fin… Pasen y vean: las páginas de los amigos son una delicia.
"Es por mí que se va a la ciudad del llanto,
es por mí que se va al dolor eterno
yo fui creado por el poder divino,
la suprema sabiduría y el primer amor,
y no hubo nada que existiera antes que yo,
abandona la esperanza si entras aquí"
(Inscripción
de la puerta del Infierno de Dante)
Viviana Taylor