Todos los caminos conducen a…
1ª Parada: Sergio Massa
Cruce de caminos: Sergio Massa – MauricioMacri
2ª Parada: Mauricio Macri
Nota preliminar: Mi intención original era postear este artículo el 11 de
octubre para terminar esta serie de Todos los caminos
conducen a… el 18, justo antes
de los cierres de campaña para las elecciones del 27. No pudo ser: quedé
imprevistamente fuera de combate por algo más de dos meses. Pero esta dilación
vino con la oportunidad de ver a una Lilita recargada no tanto por el
envalentonamiento posterior al resultado de las PASO como por la declaración de
constitucionalidad plena de la Ley de Servicios Audiovisuales (de Medios, como
eligieron nominarla sus más amigos). Casi una caricatura de sí misma. Y como en toda caricatura, los rasgos definitorios están exagerados en
desmedro de otros, accidentales. Como esculpida por el cincel de un imitador
con oficio, quizás nunca antes pudimos verla más fiel a sí misma.
3ª Parada: Elisa Carrió
-recargada-
Por
Viviana Taylor
La vida
tiene sus vericuetos. Y la política –entramada en ella- la acompaña en los
meandros, continuidades e interrupciones de sus laberínticos caminos.
En el cruce
anterior -muy a pesar suyo- ya veíamos que Francisco De Narváez se iba quedando
sin parada. Fue apenas un alto que derivó en una cortada.
Pero también
hay sorpresas en sentido inverso: quien parecía haber dado hace tiempo atrás a
una cortada, encontró la manera de sacar la cabeza por sobre el laberinto y
encontrar una salida. Después de todo, ya es veterana en esto de construir y
dinamitar caminos. Y mientras sus ocasionales acompañantes, inexcusablemente
ingenuos, cuentan heridas donde habían calculado obtener réditos, ella avanza.
Allí está,
como última parada hacia el centro del círculo rojo. Lilita recargada.
Haciendo un poco de historia
Lo que una
persona cuenta de sí siempre es una buena primera aproximación para imaginarnos
quién es. Claro que los relatos sobre uno mismo y su propia historia suelen ser
interesantes no sólo por lo que se cuenta –y cómo se lo cuenta- sino sobre todo
por lo que se calla.
Y lo que Carrió
nos cuenta no es la excepción.
Los Carrió
Cada vez que hemos oído a
Lilita hacer referencia a su historia familiar, parecería que estamos frente a
una estirpe patricia, entramada a la historia de los caudillos radicales del interior del
país.
Pero su relato dista del que
hacen otros coterráneos, también protagonistas de esas historias.
Sabio cuenta que cuando tenía
14 años, en tiempos de la Revolución Libertadora pudo ver a Coco y Yayo Carrió
(padre y tío de Lilita) arrancar el busto de Perón y Evita con un tractor. Y lo
cuenta para ejemplificar lo que él considera “su odio de clases hereditario”. Y refuerza con un segundo ejemplo:
“Fui testigo en mi casa, ya que mi padre
era compañero de juergas de los hermanitos, de un acuerdo para destituir al
director de la escuela secundaria del pueblo, el gordo De Jesús, y el argumento
a utilizar era demostrar que estaba afiliado al peronismo”.
Sigue su relato: “La familia Carrió era conocida como los
cubos porque siempre caían parados. El abuelo de Lilita, don Pancho Carrió,
era cuando menos filoperonista, razón por la que se le había acordado la
concesión de la estación de servicio YPF. Las tías estaban casadas con
militares, uno de ellos, el entonces Coronel Ormaechea (en realidad,
Teniente Coronel), fue interventor del
IPS de la provincia en uno de los gobiernos militares que no recuerdo. Los dos
hermanos Coco y Yayo eran radicales –del pueblo- que, como perdieron las
elecciones con Frondizi, fregotearon con los cuñados desde el primer minuto. Yo
fui testigo de algunas reuniones porque, como era chico, no me consideraban
peligroso. Las reuniones se realizaban en la casa del Dr. Emilio Federico
Rodríguez, quien fue candidato a vicegobernador por los radicales del pueblo en
1958 y era cuñado de los hermanos Carrió.”