Mucho se ha hablado sobre el tema
desde hace 48 horas: el decreto por el cual se les liquidaron los sueldos y
motivó la protesta de prefectos y gendarmes. De esto estamos hablando, pero
parece que casi nadie se detuvo a leerlo… o quizás porque lo hicieron, eligen
no comentarlo públicamente. La clave es el artículo 6º, en el que queda claro
que si, en el proceso de ordenamiento de los haberes (un intrincado laberinto
de cobros de sumas que no se integran al básico) en algún caso se percibiera
por debajo de lo que se cobró el mes pasado, esa diferencia se garantiza con
una suma ad hoc a cuenta de los aumentos. O sea, este decreto no sólo garantiza
seguir cobrando al menos lo mismo, sino que no cierra la posibilidad de aumento
salarial.
Quizás por eso resulta, sin haberlo
leído, hermética la explicación que salió a dar por los medios Abal Medina,
temprano y justo después de la primera reunión por este tema en el día de ayer,
en la que deslizó la idea de que se habían cometido errores, y que por eso
quienes hasta ahora venían liquidando estos haberes ya no lo harían, y esta
tarea cambiaría de jurisdicción. ¿Se sospechó, entonces, de un error voluntario,
lo que justificó el cambio de responsables? Quizás no, pero si fue sólo
impericia o negligencia, aún así es grave. En esa misma explicación Abal Medina
garantizó que todos los que habían sufrido estos descuentos indebidos
recibirían en lo inmediato la suma adeudada, algo que ya se está cobrando,
incluso desde antes de las 8 hs del día de hoy en que se aseguró que estarían
los fondos liberados para ser retirados en los cajeros. Y que quienes deben
cobrar a partir del viernes (fecha de cobro que aún NO LLEGÓ, y aún así muchos
tienen en este momento su cobro habilitado) no percibirían diferencias respecto
de lo que venían cobrando.
A pesar de haber obtenido lo que
reclamaron, decidieron que el “ir por más” debía sostenerse presionando en la
calle como parte de las negociaciones.
A esta altura ya se decía fuertemente que Berni había
renunciado. Evidentemente su renuncia no fue aceptada, pero durante esta
instancia de la negociación debe haberse considerado efectiva porque todo parece indicar que no participó,
a pesar de ser tarea de su competencia directa.
Para entonces, ya circulaba la carta de Carlos Belgrano, a la que luego se sumó la de Cosme Beccar Varela
pidiendo por la destitución del gobierno y todos sus funcionarios; y Cecilia
Pando venía convocando a todas las fuerzas armadas y de seguridad a sumarse a
la protesta. Cosa que, con ciertas parcialidades, fue sucediendo durante la
tarde de ayer.
Si a esto se le suma que la
convocatoria al nuevo cacerloazo tiene como lema “sumate al 8N para que no llegue el
7D” (un interés particular del Grupo Clarín, que ha logrado convencer a sectores
de la sociedad de que es un interés común); que TN transmitió la protesta casi
ininterrumpidamente, haciendo foco en la imagen de cada gendarme o prefecto que se desmoronaba
emocionalmente; que en el preciso momento en que estoy escribiendo esto desde
Arriba Argentinos (Canal 13) se fogonea con que esto no es una solución porque
es un “cobro en negro” (demostrando desconocimiento sobre las diferencias entre
“en negro”, “no remunerativo” o “garantía salarial”; o simplemente el desprecio
por la fidelidad a la información y prefiriendo el golpe de efecto en la
audiencia antes que argumentar por qué no es un solución definitiva sino que
todavía se está negociando, sobre todo porque uno de los conductores es
economista y no puede desconocerlo); el hecho de que la decisión de seguir en
la calle se tomó por aclamación de un grupo que después de dos días está
desgastado física y emocionalmente, y como respuesta al grito de un compañero de “¿seguimos
o no seguimos?”, y no en una asamblea en la que se expusieron opiniones y propuestas
alternativas para decidir la más efectiva y estratégica a seguir; el hecho de que
desde estos mismos medios se sigue insistiendo en que el primero de los
reclamos es la no sanción por estar en la calle, cuando recibieron expreso permiso para permanecer en protesta hasta el día
martes… ¿no son demasiadas coincidencias?
No quiero que se malinterprete el eje
de lo que estoy diciendo: no estoy cuestionando el derecho de quien sea a pedir
por una remuneración justa. Lo que estoy diciendo es que hay demasiados grupos
interesados (pero estratégicamente asociados, y muy atentos a aportar a la
sinergia cuando de fuerzas destituyentes se trata) en embarrar la cancha. Y que
este reclamo –por justo que sea- ha sido embarrado.
Las fuerzas armadas y de
seguridad son hoy el terreno que algunos grupos de interés quieren convertir en
chiquero. Parece que están queriendo salir de fiesta los cerdos.
Por Viviana Taylor