La larga mano de la CIA nos mece la cuna
Por Viviana Taylor
Para profundizar en el
contexto de análisis, es necesario mirar más allá de las
estrategias –más o menos éticas, más o menos claras- con que encara su política
exterior. Para comprender el modo en que Estados Unidos crea las condiciones
para tal promoción y cooptación es necesario asomarse no ya a las comprensibles
y previsibles formas de manipulación, sino a la directa injerencia en otros países a través de
sus servicios de seguridad nacional. Veamos…
- En principio, la utilización de la guerra como mecanismo de disciplinamiento de la población mundial, con el fin de generar cambios geopolíticos en todo el mundo, a través de operaciones irregulares, clandestinas, y encubiertas, que incluyen a la guerra psicológica, cibernética, y mediática (es lo que llamamos guerra de cuarta generación)
- Consecuentemente, la intensificación de una diplomacia de guerra, ampliado sus redes globales de inteligencia para espiar aliados, adversarios y aún a sus propios ciudadanos.
Julian Assange, el
periodista y activista de internet australiano que se hizo conocido por ser el
fundador, editor y portavoz de Wikileaks, donde ha difundido los cables de las
embajadas de los Estados Unidos en gran parte del mundo filtrados por Bradley Manning, (quien cambió su nombre a Chelsea en agosto del año pasado), es una voz autorizada
para dar detalles precisos sobre estas estrategias, ya que ha dispuesto en
primera mano de información clasificada.
En una
entrevista con el periodista argentino Santiago
O’Donnell (a quien le confió los cables sobre Argentina, y que puede ser leída en su blog, en su segundo libro sobre el tema PolitiLeaks, y que publicó Página/12 en cuatro entregas entre el 23, 24, 25 y 30 de septiembre de 2012)
contó que “Cada martes, el Presidente (Obama) revisa un fichero con nombres y fotos de
personas para elegir a quién matar en secreto, de manera sumaria, sin ningún
proceso judicial, sin ninguna supervisión pública. De hecho, mis abogados en
los Estados Unidos, del Centro para los Derechos Constitucionales, intentaron
abrir un caso para alertar a una persona que, según sospechaban, estaba en la
lista de “asesinables”, pero el gobierno ha definido la representación legal de
presuntos terroristas como asistencia al terrorismo, por lo cual los abogados
estadounidenses han sido enviados a la cárcel. No pudieron siquiera alegar que
esta persona no debería ser asesinada en un proceso secreto, porque esa defensa
sería interpretada como una asistencia al terrorismo.”
“Obama también ha presidido el ataque en
contra de WikiLeaks y ha desechado cualquier investigación acerca de las
torturas que aplica la CIA, los programas de secuestros y vuelos secretos de la
CIA y los programas de vigilancia masiva de la población. Incluso la Agencia de
Seguridad Nacional aprobó pagos millonarios a las empresas de seguridad que
desarrollaron esos programas de vigilancia, empresas que conspiraron junto con
el gobierno estadounidense para vigilar masivamente a la población y sus
comunicaciones.”
“Obama se ha fusionado con la CIA, con el Pentágono, con
la dirección impositiva. Su gobierno se ha fusionado con las instituciones a
las que debía controlar. (…) Con Obama, el complejo militar industrial ha
despegado como nunca antes: listas secretas de asesinatos, veinticinco bases
para drones, el jefe de la CIA convirtiéndose en el jefe de las fuerzas
armadas, el jefe de las fuerzas armadas convirtiéndose en el jefe de la CIA…
Hay algo que no se menciona mucho en los medios tradicionales, incluyendo a los
de América Latina, y es que en los Estados Unidos se está centralizando el
poder bajo una sola pirámide de patronazgo definida como el complejo militar
industrial. Se dirá que siempre sucedió eso, pero está pasando mucho más ahora.
Las dieciséis agencias de inteligencia estadounidenses han sido agrupadas bajo
un mismo paraguas. El intercambio entre los jefes de la CIA y de las fuerzas
armadas significa que la CIA ha sido puesta bajo la influencia del complejo
militar industrial.”
“Sin que llamara la atención, este año (2012) el presupuesto del
Departamento de Estado y el presupuesto de la USAID (United States Agency
for International Development, la oficina de desarrollo del Departamento de
Estado estadounidense) han pasado a ser
parte del presupuesto de seguridad nacional. Toda esta ficción de que la USAID
era una agencia asistencial independiente, como se les decía a los
latinoamericanos, ya no se sostiene de ninguna manera. Entonces, cuando ves al
Presidente de Ecuador, Rafael Correa, quejarse de que Fundamedios (una ONG muy
crítica al gobierno ecuatoriano) se financia con fondos de la USAID, yo me
quejo también. Ya no hay disimulo. La USAID forma parte del esquema de
seguridad nacional estadounidense, y eso representa un importante traspaso de
poder. El Departamento de Estado solía ser un espacio de poder independiente de
los Estados Unidos, lo mismo que la CIA. Y ambos han sido colocados en la misma
pirámide de patronazgo, lo cual representa una consolidación del poder.”
Hablemos sobre la USAID
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID) es un organismo al servicio del Departamento de Estado de
los Estados Unidos, a pesar de que oficialmente se la describe como
independiente. Su objetivo explícito es reforzar la política exterior estadounidense, a
través de la distribución de la mayor parte de la ayuda exterior de carácter no
militar, sea directamente o a través de agencias subsidiarias.
Claro que si está al servicio del Departamento de Estado
y su objetivo es el de reforzar la política exterior, esta ayuda va a ser determinada por el tipo de política exterior
que se defina y según las líneas directrices que proponga.
Gracias a la difusión de los documentos de la CIA que
filtró Edward Snowden no necesitamos especular sobre la dirección de estas
acciones: queda claro que Estados Unidos propició golpes, dictaduras genocidas,
políticas económicas predatorias y élites financieras (que han quedado
visibilizadas a través de su acción como fondos
buitre) cuyo objetivo es la apropiación de recursos naturales, materiales y
humanos de regiones cada vez más extendidas.
Por supuesto que tanto en nuestra región como en la
propia Argentina todavía son muchos quienes sostienen que este tipo de
intervención es fruto de una pura ficción conspirativa. Esta ceguera para ver
lo evidente en las pruebas que se van sumando y no logran ser refutadas ha sido
–y sigue siendo- afanosamente alimentada por los formadores de opinión aliados
o cooptados por la diplomacia estadounidense a través de sus embajadas (como ha
quedado revelado en los cables difundidos por WikiLeaks) y a través de la compleja
red de organismos que articulan sus acciones en torno del espionaje, la
formación de cuadros políticos y dirigenciales, y la desestabilización de
gobiernos y economías (como han filtrado tanto Snowden como Manning).
Entre estos organismos, la USAID es uno de los más activos.
Si hacemos un poco de historia, esta organización tuvo un
origen un tanto turbio, relacionado con el fracaso de la Alianza para el
Progreso. Esta Alianza había sido creada el 13 de marzo de 1961 como un plan de
ayuda para el desarrollo de América Latina, por los mismos funcionarios del
Departamento de Estado que en 1947 habían creado el Plan Marshall para poner a
los Estados Unidos a la cabeza de la reconstrucción de Europa durante la
posguerra.
La Alianza fracasó cuando los países de la región
rechazaron las condiciones que intentó imponer Estados Unidos a cambio de las
inversiones prometidas. Pero Estados Unidos se anticipó: antes de que fuera definitivamente cancelada fundó
la USAID en noviembre de 1961, para vehiculizar parte de esas inversiones.
A través de estos aportes financieros, la USAID fue
construyendo una red de fundaciones y ONGs destinadas a difundir los beneficios
del alineamiento con Estados Unidos y a intervenir en los procesos políticos de
la región.
El proceso de militarización de los objetivos de la USAID
al que hace referencia Assange alcanzó su punto definitorio cuando el
presidente Barak Obama incluyó al general Jean Smith –un estratega militar que
estuvo en la OTAN- en el Consejo de Seguridad para que atendiera sus programas
de asistencia social. Y, como director adjunto, nombró a Mark Feierstein: un experto
en guerras de cuarta generación y dueño de
Greenbarg Quinlan Rosler (una firma que ofrece orientación estratégica sobre
campañas electorales, debates, programación e investigación, experta en campañas de desinformación).
La elección de Feierstein dice mucho respecto del modo en
que Estados Unidos toma decisiones de política exterior: basta con que la CIA o
algún organismo similar evalúe que América Latina representa una amenaza para
sus intereses, para justificar ataques preventivos. Ataques que pueden ser tan brutales
como una invasión (tal como ha sucedido en Irak) o más sutiles como
desestabilizando gobiernos populares.
Y resulta que Mark Feierstein es –justamente-
abiertamente opositor a los gobiernos populares. Como ejemplo basta recordar que fue asesor de campaña del ex presidente
Gonzalo Sánchez Lozada (1993-1997 y 2002-2003), quien hundió a Bolivia en el más miserable de los
coloniajes políticos de EEUU, hasta que la Masacre del Gas lo obligó
a renunciar y volver a EEUU, donde había pasado gran parte de su vida y hoy
vive prófugo de la justicia boliviana amparado como exiliado político.
El 1º de mayo de 2013 el presidente Evo Morales convalidó
la expulsión de la USAID por injerencia política y conspiración. En
2008 ya había anunciado su expulsión junto con la DEA, cuyas actividades había
suspendido. Y había expulsado al propio embajador de Estados Unidos.
Dos hechos
determinaron aquella primera decisión: uno fue el
convenio firmado en 2007 por el prefecto de Pando –Leopoldo Fernández- y la
USAID para llevar adelante programas sociales, con el apoyo logístico a cargo
del Comando Sur y la cobertura institucional de la Iniciativa de Conservación
de la Cuenca Amazónica; el otro, su
participación en la sublevación xenófoba y sojera de la Media Luna. Años
después, otra participación de la USAID convalidaría la expulsión: esta vez a través
de Wildlife Conservation Society en la disputa violenta entre los pobladores de
Caranavi y Palos Blancos por el lugar de instalación en 2010 de una planta
procesadora de frutas.
Días después de la expulsión definitiva el ministro de la
Presidencia Juan Ramón Quintana declaró que “No se trata de una agencia inocente de cooperación filantrópica de
Estados Unidos a Bolivia y al mundo. La agencia estadounidense sirvió para
legitimar las dictaduras entre 1964 y 1982, para promover el neoliberalismo
entre 1985 y 2005, además es un factor externo que alimenta la inestabilidad en
el país desde 2006”.
No es casualidad que estos hechos hayan sido seguidos
–el 2 de julio de 2013- por el episodio de la negativa al avión del presidente
Evo Morales para entrar al espacio de España, Italia, Francia y Portugal (por
presión de Estados Unidos) con la excusa de sospecharse que en el mismo se
estaba transportando a Edward Snowden, quien buscaba asilo político mientas
Estados Unidos trataba de cazarlo por todo el planeta.
Y no era para menos: la peligrosidad de Snowden está
definida en relación directa con el impacto que provocó la filtración de los
documentos de la CIA, al visibilizar –entre otras
cuestiones- la red de espionaje que Estados Unidos expandió por todo el mundo.
En América Latina, esta red ha estado operando más fuertemente en Brasil,
México y Colombia, pero también tiene en rigurosa vigilancia a Argentina, Venezuela, Ecuador, Chile, Perú y Panamá, a través del
espionaje vía satélite de comunicaciones telefónicas, correos electrónicos,
conversaciones online, y llamadas de voz de usuarios de Google, Microsoft y
Facebook, además de toda clase de comunicaciones internacionales, faxes,
e-mails, etc.
En Venezuela,
el ex embajador estadounidense William Brownfield, reveló cómo su país financió
la oposición al presidente Hugo Chávez. En un cable enviado desde Caracas en
noviembre de 2006 y filtrado por WikiLeaks, Brownfield detalla cómo más de 300
organizaciones no gubernamentales venezolanas que en apariencia tenían
objetivos humanitarios (como el apoyo a personas con discapacidad) eran
financiadas por el gobierno estadounidense a través de la USAID y de la Oficina
de Iniciativas de Transición (Office of Transition Iniciatives –OTI) para
infiltrarse en la base política de Chávez, y desde allí promover la división del
chavismo y aislarlo internacionalmente. En el mismo cable Brownfield detalla
que el objetivo estratégico de "desarrollar organizaciones
de la sociedad civil alineadas con la oposición representa la mayor parte del
trabajo de USAID/OTI en Venezuela”.
Parte de ese trabajo lo realizaron los canales RCTV y
Globovisión, los diarios Universal y El Nacional, además de otros canales
internacionales como Univisión y CNN. Su tarea primordial fue promover la idea
de que Hugo Chávez era un dictador, a través de la difusión de la teoría del
Departamento de Estado de los Estados Unidos, según la cual un gobierno puede
ser democrático de origen pero devenir en autoritario durante su gestión. Sí:
la misma teoría que vienen difundiendo por estos lares Mariano Grondona -y sus
discípulos y laderos- para acusar de idénticos vicios a Cristina Fernández de
Kirchner. No deja de ser graciosa la falta de originalidad manifiesta en la incapacidad para matizar los
mensajes o parafrasearlos, de modo que no sea tan literalmente evidente que la
pluralidad de bocas y plumas no profiere más que los ecos de una misma y única
voz. Finalmente, por diversos canales, en diferentes contextos y sobre distintos líderes populistas, están repitiendo los mismos mensajes, con idénticas palabras.
El actual presidente Nicolás Maduro no ha dejado de
denunciar la presencia de Estados Unidos detrás de las acciones de
desestabilización y los intentos de golpe de Estado que se han venido
sucediendo desde su asunción, a través del financiamiento de campañas por parte
de la USAID, y con el objetivo de apropiarse del petróleo.
Así como en Bolivia, la soja también está en el centro de los conflictos con Paraguay, donde la
USAID invirtió 65 millones de dólares en el proyecto Umbral, un programa que
confeccionó el Manual Policial a través del cual la USAID preparó a la
policía paraguaya como fuerza de choque, de la que se valió cuando los procesos
políticos resultaron ajenos a los
intereses estadounidenses encarnados por Monsanto. La brutal represión policial
que se desató contra el campesinado esta vez sí fue efectiva: sirvió de excusa para derrocar al presidente Fernando Lugo.
En Cuba, la
USAID, la NED (National Endowment for Democracy), la OTI y otras agencias
vinculadas con la CIA han canalizado millones de dólares para tratar de
subvertir el orden socialista. En el
Malecón, la sede de la Sección de Intereses de Norteamérica (SINA) es uno de
los centros de conspiración entre los diplomáticos estadounidenses y sus
agentes locales.
Según
señalan cables que fueron filtrados por WikiLeaks, la bloguera disidente Yoani
Sánchez es una de las personas que se han reunido regularmente con Michael Parmly, antiguo jefe de la SINA. Desde allí se ha relacionado estrechamente con la diplomacia estadounidense en
Cuba.
Yoani emigró a
Suiza en 2002, pero en 2004 decidió regresar a Cuba. En 2007 creó su blog Generación Y con el que se integró a las
acciones de la oposición en Cuba, y se hizo famosa a través de sus posteos. A pesar de que se ha mostrado
como una víctima permanente del régimen castrista, ningún opositor se benefició
tanto como ella: consiguió tantas distinciones internacionales en tan
poco tiempo, que le suministraron suficiente dinero para vivir tranquilamente
el resto de su vida (el equivalente a más de 20 años de salario mínimo en
Francia, o a 1488 años de salario mínimo en Cuba).
Las
filtraciones de cables diplomáticos estadounidenses también han revelado las mentiras construidas que Yoani ha mantenido a
lo largo de los años a través de sus publicaciones. Además, el análisis del tráfico de sus
perfiles ha desmentido su falta de acceso a internet, y sugiere que está utilizando robots informáticos para mantenerse bien posicionada en los buscadores. Del mismo modo, una cuarta parte de sus presuntos
seguidores son en realidad cuentas fantasmas o inactivas. Por otra parte, Yoani
emite un promedio de 9,3 mensajes por día. Para hacerlo, gasta cada mes el
equivalente a dos años de salario mínimo en Cuba. ¿Quién financia todas estas
actividades?
Al conocerse estas filtraciones, Michael Parmly se manifestó preocupado por la seguridad de Yoani Sánchez. Sin embargo, nunca ha sido molestada por el gobierno cubano.
Manning y Snowden no pueden decir lo mismo sobre el gobierno estadounidense.
Lo original de la situación es cómo la contrainteligencia
cubana ha logrado permear a estos organismos, a los que periódicamente pone en
descubierto. Este fue el caso, por ejemplo, de Frank Carlos Vázquez Díaz, quien
durante doce años penetró el mecanismo de injerencia de la USAID, y cuya
identidad como agente cubano fue revelada en marzo de 2011, cuando la justicia
cubana logró condenar a 15 años de prisión a Alan Gross, quien desde la
Develpment Alternatives Inc. (DAI – una subcontratista de la USAID) distribuía
ilegalmente en la isla elementos electrónicos y de comunicaciones para armar
una red de inteligencia. Una pena bastante menor a la que recibieron los
cinco cubanos que en 1998 espiaban a los círculos terroristas de Miami, y a
quienes Estados Unidos les impuso cuatro condenas perpetuas y 77 años de cárcel
en total.
Recientemente, a principios de este mes de agosto, la
representación cubana en las Naciones Unidas (ONU) solicitó al secretario general
Ban Ki-Moon la publicación como documentos oficiales de la Organización las
denuncias sobre nuevas acciones subversivas estadounidenses contra la isla, después
de que las autoridades norteamericanas reconocieran la existencia de un nuevo plan
financiado por la USAID para promover la desestabilización interna del gobierno
cubano. Tal admisión conllevó una
aclaración por parte del gobierno: no se trataba de una operación secreta, sino “discreta”. Bué,
sigamos…
Si bien estas acciones de espionaje e injerencia no son nuevas, se esperaba que la llegada de Barak Obama al gobierno de los Estados Unidos cambiara algunas cosas. Sin embargo, desde el inicio de su administración, Obama y su primera
secretaria de Estado Hillary Clinton incrementaron las acciones de espionaje y
subversivas contra el gobierno y el pueblo cubano, haciendo eje en las nuevas
tecnologías, bajo la pantalla de la USAID. Entre las actividades subversivas
figuraron el programa secreto ZunZuneo,
una plataforma electrónica semejante a Twitter que buscó generar una “primavera
cubana” semejante a las revueltas que por entonces se promovieron en el norte
de África y Medio Oriente; y el programa Jóvenes
Viajeros, que encubrió el empleo de latinoamericanos reclutados desde 2009 para
incitar a sectores de la juventud cubana a actuar contra el orden
constitucional. Estos jóvenes llegaron a Cuba desde Costa Rica, Venezuela y
Perú, bajo la fachada de programas cívicos y de prevención de salud en VIH, con
la misión de identificar liderazgos en el sector juvenil cubano, reclutarlos,
organizarlos y convertirlos en agentes de cambio (o sea, organizarlos para que realizaran
acciones subversivas y desestabilizadoras).
En Ecuador, cuyo presidente Rafael Correa no se ha mantenido precisamente pasivo ante
los intentos de avance de Estados Unidos sobre su política interior y exterior,
la USAID aumentó la apuesta con millonarios aportes a las ONGs opositoras,
becas para sectores indígenas disconformes con la política minera, y aportes
financieros para la organización periodística opositora Fundamedios.
Desde el 28 de junio de 2012 Correa ha amenazado
reiteradamente con expulsar a la USAID de Ecuador. En diciembre de 2013,
aduciendo “falta de acuerdo con el presidente”, la USAID anunció que se
retiraría del país en marzo de 2014; decisión que postergó para el 30 de
septiembre. Pronto sabremos cuál fue su verdadera decisión… O al menos la que expresará como tal.
Pero quizás ninguna de estas acciones sea comparable con
lo que la USAID hizo en Perú, donde inició
un programa de esterilización forzada.
Según el Ministerio de Salud de Perú, durante el mandato de Alberto
Fujimori, entre 1995 y 2000 se esterilizaron 331.600 mujeres y 25.590 hombres
con financiamiento de la USAID y UNFAPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas).
Y por casa…
¿cómo andamos?
Vuelvo sobre unas palabras de Julian Assange que me han
inquietado particularmente: “La USAID
forma parte del esquema de seguridad nacional estadounidense, y eso representa
un importante traspaso de poder. El Departamento de Estado solía ser un espacio
de poder independiente de los Estados Unidos, lo mismo que la CIA. Y ambos han
sido colocados en la misma pirámide de patronazgo, lo cual representa una
consolidación del poder.”
Lo que me inquieta particularmente es el uso que hace
Assange de la palabra patronazgo para definir esta nueva
forma de consolidación del poder, que es el de la industria militar. O sea, y
en definitiva, un poder que es económico.
Esta inquietud me lleva a un artículo que posteé en este
mismo blog hace casi dos años: Las relaciones clientelares en cuestión, en cuyas conclusiones llegué a que distintos tipos de poder "parecerían ser, en realidad, manifestaciones
diferentes de un único gran tipo de poder: el poder económico. Y todos ellos
tienen poder de patronazgo sobre el poder político”.
Es interesante
que Assange use esta expresión… Y lo es porque las relaciones de patronazgo
encuentran su contracara definitoria en las relaciones clientelares. Estoy
convencida de que no hay modo de comprender la injerencia de los Estados Unidos
sobre otros Estados si no se la encuadra en el marco interpretativo del
clientelismo político, en un sentido amplio.
Dos anécdotas
ejemplificarán a qué me refiero.
El 27 de
enero de 2006, el presidente de la Corte Suprema de la Nación Ricardo
Lorenzetti asistió a la embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires. Durante
la reunión, el entonces embajador Anthony Earl Wayne le preguntó si el presupuesto
judicial alcanzaba para que el sistema funcionara bien, a lo que Lorenzetti respondió
que la falta de recursos le impedía adquirir la “tecnología” necesaria para
mejorar la eficiencia del sistema.
Cuando una
nueva reunión casi dos años después, el 15 de noviembre de 2007, Lorenzetti ya
no hablaba de falta de recursos: el gobierno había destinado fondos propios
para la inversión en tecnología, y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
proveía la asistencia técnica necesaria para aportar asesores para el
proyecto. De lo que sí habló Lorenzetti fue de su agradecimiento por los
especialistas que había aportado la embajada, y a los que les había permitido
el acceso a la red informática del sistema judicial argentino, comprometiendo
la seguridad del sistema frente a una potencia cuya afición al espionaje ya era
harto conocida.
No fue esa
la única vez –ni para la única razón- que Lorenzetti solicitó recursos. En
aquella misma reunión del 27 de enero de 2006, también le anunció al embajador
su interés por ser el anfitrión de una conferencia judicial panamericana,
similar a la que la Corte Suprema de los Estados Unidos había organizado en
1995, con financiamiento de la USAID. Obviamente, para
solicitar algo así, Lorenzetti tenía que estar seguro de la relevancia que para
la USAID –y para la embajada, que intercedería en su pedido- podría tener una
reunión de ese tipo. Y no fue tímido para solicitar financiamiento: pidió que se incluyeran los gastos de traslado y estadía de los juristas de todos los países de la región.
La Conferencia de las Cortes de las Supremas Cortes de las Américas se realizó, pero en la página de la Corte Suprema de Justicia de la Nación no consta cómo fue financiada.
¿Podría
haber existido alguna traza de ingenuidad en Lorenzetti frente a sus pedidos a
la embajada?
Sería rara una ingenuidad de ese tipo abrigada por alguien que
llega a un puesto tan alto como el de presidente de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.
Pero algo más abona el argumento en contra de cualquier posibilidad de ingenuidad: en enero de 2010, la diputada (PRO) Gabriela
Michetti le informó a la embajadora de Estados Unidos Vilma Socorro Martínez
sobre la existencia de un grupo de políticos opositores, jueces y empresarios
que se reunían en secreto con Lorenzetti. Y la invitó a conocerlos, además de pedirle que les sugiriese una lista de especialistas que pudieran asesorarlos sobre temas de interés para la embajada.
No por
casualidad el Grupo Clarín ha manifestado en tantas ocasiones su confianza
respecto de la posición que Lorenzetti asumiría frente a temas de su propio interés. Y, cuando
sospechó que podría no ser así, le hizo saber claramente a través de sus
páginas –más o menos amenazadoramente, nunca solapadamente- cuál era la
decisión aceptable. Tampoco es casualidad la tibieza tardía de las recientes
expresiones de Lorenzetti sobre las demandas de los fondos buitre al Juez Griesa.
La USAID,
que finalmente intervino en la capacitación tecnológica de
personal del sistema judicial argentino (y podemos sospechar que lo hackeó),
concentra en Argentina una red de organizaciones y fundaciones que operan por
su cuenta y orden. Veamos algunas...
Entre el 8 y
el 12 de abril de 2013, financió una cumbre de la derecha internacional organizada
por la Fundación Libertad, para debatir sobre los populismos regionales. A la misma concurrieron el Nobel Mario
Vargas Llosa y su hijo Álvaro (de una clara posición reaccionaria ante los
gobiernos populares de la región), José María Aznar (el expresidente español
que impulsó la invasión a Irak); el pinochetista Joaquín Lavín; el presidente
de la emisora venezolana RCTV Marcel Granier, que impulsó y apoyó el golpe
contra Chávez en 2002. Y, aunque se esperaba a la cubana anticastrista Yoani
Sánchez, una de sus niñas mimadas, a último momento desistió de la visita. Como
era de esperarse, abundaron las críticas contra los procesos emancipadores de
la región, y los expositores llegaron a pedir “terminar con los gobiernos
populares en curso” para reemplazarlos por “otros más modernos”. De la derecha moderna, claro. Pino y Lilita saben de lo que hablamos.
Cinco años
antes, en 2008, la USAID había financiado un encuentro similar, con Vargas
Llosa como animador principal, que había contado con varios expertos alineados con las políticas del
Consenso de Washington: el periodista de La Nación Carlos Pagni, el excandidato
presidencial Ricardo López Murphy, y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires Mauricio Macri (quien también preside la Fundación Pensar, co-organizadora
del evento, que está integrada por diputados y políticos del PRO y es uno de
los satélites más activos de la Fundación Libertad).
Tanto la Fundación Libertad como la Fundación Pensar están financiadas por
el National Endowment for Democracy (NED), quien a su vez está financiada
oficialmente por el Congreso norteamericano, y constituye otro de los hilos de
esta red de organizaciones vinculadas con la CIA y la Seguridad Nacional.
La NED –que también financia ataques contra Cuba- fue creada por Ronald Reagan y entre sus integrantes están Terence Todman, el ex embajador en Argentina durante el gobierno de Menem, y Francis Fukuyama, aquel politólogo norteamericano de origen japonés que preanunciaba el fin de la historia que nunca llegó.
Una
fundación especialmente interesante para tener en cuenta es el Centro para la apertura y el desarrollo de América Latina (CADAL). Esta
fundación se instaló en nuestro país el 26 de febrero de 2003, durante el
gobierno de Duhalde, y quedó legalizada el 6 de mayo, poco antes de la asunción
de Néstor Kirchner. Justamente, con la llegada del kirchnerismo al gobierno
nacional, la CADAL encontró su principal razón de ser en el país: sus tareas
estuvieron desde el principio orientadas hacia el descrédito, la
tergiversación, la manipulación de la realidad de los países progresistas del
área, y del nuevo posicionamiento político de Argentina en relación con ellos y por
su definición regionalista.
En abril de
2010 la CADAL fue aceptada e integrada a las organizaciones de la sociedad
civil de la OEA, en el marco de la CP/RES 759, a pesar de que esta resolución
exige transparencia en la estructura institucional y de financiamiento, mientras que la
CADAL obtiene sus fondos de un modo bastante turbio: de agencias del propio
gobierno estadounidense directamente vinculadas con la CIA y la Seguridad Nacional:
la USAID, Atlas Economic Research Foundation, con sede en Washigton, el
Instituto TIMBRO de Suecia, la filial argentina de la Konrad Adenauer Stiftung,
la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUDAP), el Directorio Democrático
Cubano con sede en Miami y la NED.
El financiamiento de la CADAL no sólo es turbio por el origen de estos fondos, sino también por el modo en que los reciben. Para
ejemplificarlo, voy a tomar por caso el
Programa de Asistencia para Cuba, una iniciativa de la CIA promovida por el
Congreso de los Estados Unidos desde 1996 con un presupuestos de 7 millones de dólares anuales, que
ascendió a 59 millones cuando Bush presentó el informe de la “Comisión para
asistir a una Cuba Libre”. Parte de esa fortuna le llegó a la CADAL a través de
la embajada norteamericana en Buenos Aires.
Al igual que
otras organizaciones entramadas con la USAID, la NED y la CIA, la CADAL aprovecha
la organización de seminarios, conferencias, encuentros de intelectuales,
publicaciones y cursos para construir matrices de interpretación que favorezcan
la tergiversación de la realidad latinoamericana (especialmente la cubana,
venezolana, ecuatoriana, boliviana y argentina) para facilitar la implementación
de proyectos subversivos y de desestabilización.
Su
representante regional es Gabriel Constancio Salvia (en la imagen con Hernán Alberro, Director de Programas). Salvia es un periodista itinerante
que se jacta de haber escrito cientos de columnas en los diarios más
conservadores del país, y que también figura como importador en Uruguay (donde
la ONG tiene su segunda sede). No cuenta con ningún título superior que
avale el cargo que supuestamente ocupa en la organización, pero eso no es
obstáculo para que sea el responsable de la articulación de acciones de la
CADAL con las de la USAID, la FUPAD y la CIA. Estas acciones están principalmente
orientadas a la organización y entramado de la ultraderecha regional, y a
promover las actividades de los grupos opositores de esos países.
Llamativamente,
a pesar de ser un periodista en apariencia tan prolífico y de haber logrado ser
financiado por tales organizaciones, las publicaciones de Salvia no descollan
por su profundidad conceptual ni por la exquisitez de su vocabulario: se queja
del “absolutismo” de Cristina Kirchner, caracteriza a su modelo como “piantavotos y espanta inversores”, y a
su política como adoleciendo por la “ausencia
de las libertades más básicas” y plena de “importantes
atropellos a la propiedad privada que demoran el establecimiento de las
condiciones para el progreso como lo es, por ejemplo, la confiscación de los
fondos de pensiones”.
El tema de sus desvelos, sin embargo, es Cuba. Y no es para menos: de su dedicación para denostar a su gobierno proviene su financiamiento.
Por supuesto
que Salvio no está solo en este think
tank, que no podría presumir de tal si no tuviese su propia corte de académicos: los escritores Marcos
Aguinis y Juan José Sebrelli, los periodistas Fernando Ruiz Parra y Silvina
Walger, la historiadora María Sáenz de Quesada. El tema de sus desvelos, sin embargo, es Cuba. Y no es para menos: de su dedicación para denostar a su gobierno proviene su financiamiento.
Además, la
CADAL publicó Lula: la izquierda al diván
del editor de internacionales del diario Perfil, Ceferino Reato.
Recíprocamente, con la autorización de Fontevecchia, Reato permite que Salvia
publique cada mes una columna contra el Mercosur y contra Cuba.
Otros apoyos
con los que cuenta son: el director periodístico de DyN Hugo Grimaldi; el
editor de Noticias Tristán Rodríguez Loredo; el editor del suplemento El
Observador de Perfil, Jorge Liotti; el corresponsal en Uruguay del diario La
Nación, Nelson Fernández; el director periodístico de la Revista Apertura, José
del Río (propiedad del empresario y político conservador Francisco De Narváez);
Armando Torres, quien fuera el vocero del exministro de economía Roberto
Lavagna; y el vocero de Edenor Alberto Lippi.De cada una de estas personas –e instituciones- podría escribirse toda una serie de posts.
En septiembre de 2008, organizó el Foro Latino Global, un evento político-empresario en el que
disertaron Felipe Solá, Javier González Fraga y Santiago del Sel, quien era el
jefe de Equipos Técnicos de la Coalición Cívica.
En septiembre de 2011 entregó los premios a la Transparencia Legislativa, con motivo de la
publicación del documento El acceso a la
información pública de los legisladores argentinos. Es interesante ver cómo
una organización que no transparenta el origen de sus ingresos, pone semejante
acento en el detalle con que los legisladores informan acerca de sus ingresos y
bienes. Otro detalle interesante es que, si bien el premio lo obtuvo la senadora
María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica/CABA) y las menciones especiales los
senadores Gerardo Morales (UCR/Jujuy) y Sonia Escudero (PJ-FPV/Salta), y los
diputados Laura Alonso (PRO/CABA) y Héctor Piemonte (Coalición Cívica/BsAs), al
presentar la mención de Laura Alonso lo que se destacó su fue trabajo en la ONG
Poder Ciudadano.
La
organización Poder Ciudadano es
filial local de Transparency International
(TI), contratista de la USAID y de la NED. Es, por lo tanto, parte del
mecanismo de desestabilización de la CIA y recibe fondos de otras identidades
identificadas con la inteligencia norteamericana y su seguridad nacional.
Pero no se
terminan allí los vínculos de Laura Alonso con este entramado. También es la
fundadora de la filial argentina de Vital
Voices, la fundación financiada por el fondo buitre NML Capital de Paul Singer: una de las muestras más elocuentes del
entramado político y social detrás de la cooperación internacional, las ONGs y
los intentos por erosionar a los gobiernos que no son funcionales a las
corporaciones económicas y financieras y a la política imperialista de los
EEUU.
En 2013, la CADAL publicó el saludo que Yoani Sánchez le hizo llegar con motivo de su 10º
aniversario, en un lugar destacado de su página web. Saludo en el que Yoani se define como colega y da por supuesto -con un tono de victimización- que la tarea de la CADAL no debe haber
sido fácil, a la vez que le agradece por haberle ayudado a difundir su voz.
También en 2013 la CADAL celebraba otro aniversario, aunque al parecer no con tanto entusiasmo como su propio cumpleaños: los 30 años del retorno a la democracia en Argentina. Y lo hizo con una publicación en la que se pregunta si es posible conservar el Estado de Derecho en el marco de una situación en la cual el Poder Ejecutivo ha demostrado una vocación “devoradora” de la competencia de los otros dos poderes estatales, despreciando desaprensivamente la seguridad jurídica de los gobernados.
Por otra
parte, se afirma que en las actuales formas de participación juvenil surgidas a
partir de 2003 se puede observar el inicio de un ejercicio político
marcadamente populista, y vuelven a evocarse los fantasmas de los “caminos ya trillados”. Y adjudican al
clientelismo político las condiciones para la reproducción de las actuales
formas políticas y político estatales. Sólo les faltó agregar que la solución
vendrá de mano de Macri y de la vuelta a los ’90.
En la
publicación de las Memorias se comienza aclarando que “por las razones que ya son conocidas y por otras probablemente
corregibles, el II Foro Democrático en Relaciones Internacionales y Derechos
Humanos que teníamos previsto realizar en paralelo a la cumbre de la CELAC en
La Habana no pudo concretarse. Esto no redujo su impacto ni su narrativa como
expresión del vigor de la sociedad civil independiente en Cuba”.
Según
publica en la misma memoria, esas razones fueron que las autoridades
cubanas habrían impedido la concurrencia de los participantes, ya sea
deteniéndolos, impidiéndoles salir de sus domicilios o amenazándolos para que
no concurrieran. Sin embargo, ninguno de los 32 países que integran la CELAC ni
el Secretario General de la ONU y el de la OEA formularon condena alguna sobre
los supuestos hechos. ¿Habrán ocurrido?
Como dicen,
sin embargo esto “no redujo su impacto ni
su narrativa como expresión del vigor de la sociedad civil independiente en
Cuba”. Así que el foro, como con honestidad brutal afirmó la CADAL, no era
lo importante. Lo importante era dar a publicidad el documento publicado. Y
nada como un escándalo represivo para lograrlo. Aunque fuera inventado.
Mirar para ver,
escuchar para oír,
informarse para saber…
escuchar para oír,
informarse para saber…
Vuelvo sobre las palabras de Assange que me inquietaron.
Vuelvo al uso que hizo de la palabra patronazgo para definir
la consolidación del poder de Estados Unidos a través de la industria militar.
Vuelvo a mi convicción respecto de que todas las formas
de poder parecerían ser diferentes manifestaciones del poder económico.
Y que todas ellas tienen poder de patronazgo sobre el
poder político.
Es allí donde está el mayor riesgo para los países de la
región: en ceder al sometimiento a una posición clientelar, al lugar de la
debilidad. En el riesgo de abandono de la posición directriz que cada gobierno
debe tener frente a sus políticas, porque tal abandono conlleva el sometimiento
al arbitrio de otros poderes, cuyo interés no es lo público ni lo colectivo.
Menos aún lo soberano.
La mayor fortaleza, en cambio, está en nuestras manos. En
las manos de los ciudadanos. Nuestra mayor fortaleza está en la posibilidad de
echar luz sobre estas formas de poder para contrarrestar la invisibilidad en la
que procuran permanecer. Nuestra mayor fortaleza está en la explicitación de
estas formas de dominación que se intentan promover, a fin de
neutralizarlas y quitarles efectividad.
Así como las relaciones clientelares tradicionales se
desarticulan con la extensión de derechos a todos los sectores de la población,
este tipo de relaciones clientelares no tradicionales –en las que algunos
compatriotas se ponen al servicio de intereses que no nos son propios- se
desorganizan con mayor y mejor acceso a la información.
Claro que no es tarea fácil: la invisibilidad que les ha
permitido consolidarse, es la misma que ha sido favorecida por su poder para
incidir sobre el modo en que conformamos nuestras matrices de interpretación.
Han actuado desde el poder mediático como el gran articulador de todas estas
formas de poder. Por eso nuestra mayor fortaleza, en definitiva, está en saber
quién es quién y dónde está parado. Está en decidir y actuar. Está en
informarnos para saber. Y en elegir en consecuencia.
Viviana Taylor