Por Viviana Taylor
En este
momento, Julio Cobos está en Malvinas. Llegó a Puerto Argentino el sábado 28 y
se quedará hasta el próximo sábado, 5 de julio.
Si bien dejó
claro que su visita no es oficial sino como turista, su calidad de político y de legislador argentino no
fueron puestas en suspenso.
En primer
lugar, porque no se trata de una función
interrumpible que uno enciende y apaga a conveniencia.
En segundo
lugar, porque como turista uno podría haber esperado que fuese acompañado por
su familia o –en su defecto- por amigos. Aunque algunos dicen que fue acompañado por su hija y su nieta, y que además del vuelo participaron un grupo
de mendocinos -algunos de los cuales se definieron como sus amigos-, quienes sí está claro que lo acompañaron en su recorrido y se
alojaron con él en el mismo hotel (The
Waterfront) fueron el ex teniente José Duarte (a quien destaca por haber matado en la guerra de 1982
al capitán británico John Hamilton a quien lo enterró con honores, pero de quien Cobos calla que como carapintada se alzó en 1987 contra la democracia durante el gobierno radical de Alfonsín), su
secretario personal y uno de sus más estrechos colaboradores en el área de
comunicación, Leandro Robert, quien
lo fotografió apenas pisaron las islas.
Y en tercer lugar,
porque él mismo explicó que –como precandidato por el Frente Amplio UNEN-
quiere tener presencia en todo el territorio nacional antes de las próximas
elecciones, y que eso incluye al territorio no continental cuya soberanía
reclama Argentina. Este doble carácter
en su calidad de viajante, vuelve inevitable
hacernos una serie de cuestionamientos y reflexiones sobre la misma.
1.
Como
turista, debió presentar su pasaporte, en el cual ahora figura el sellado que
documenta su arribo a la Base Militar Mount Pleasant. Este sellado implica –en los
hechos- un reconocimiento del derecho de las autoridades británicas para
ejercer soberanía sobre el territorio de las Islas Malvinas. Un hecho que vale
más que todas las palabras y justificaciones con que se intente relativizarlo.
¿Cómo compatibilizará las consecuencias de esta conducta que ha asumido como
ciudadano argentino, con su postura frente a los reclamos por el reconocimiento
de la soberanía argentina sobre el archipiélago, sea hoy como legislador y en
el futuro cercano como posible candidato a presidente por el FAUNEN? Prefiero
no preguntarme cómo las compatibilizaría de acceder a la presidencia en el
2015, el 2019 o cuando sea, porque es un escenario que espero no tener que transitar.
2.
La visita
estaba planeada para abril, en coincidencia con el 32º aniversario del inicio
de la guerra de Malvinas. Si bien la coincidencia con la fecha no hubiese
agravado en sí el reconocimiento del derecho a la soberanía y al ejercicio de
la autoridad británica al presentar su pasaporte para ser sellado, sí hubiese profundizado sus connotaciones
simbólicas y emotivas.
3.
Sin embargo,
la postergación del viaje no se debió a esta coincidencia, sino a otra: la de
su audiencia con el Papa Francisco en el Vaticano.
4.
Así como no
fue la coincidencia con el aniversario del inicio de la guerra lo que motivó la
postergación del viaje, tampoco evitó que eligiera hacerlo en la misma semana
en la que el canciller Héctor Timerman -acompañado por legisladores de la
oposición y la gobernadora de Tierra del Fuego Fabiana Ríos- reiteró la demanda
por el diálogo con Londres ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Mientras unos están volviendo a reclamar la apertura para discutir una solución
pacífica, Cobos elige presentarse ante los demandados para hacerse sellar su
pasaporte en un reconocimiento de los supuestos derechos derivados de la
ocupación.
5.
Además,
Cobos llegó a Malvinas en el vuelo semanal de LAN Chile, que parte desde
Santiago todos los sábados. Este viaje lo realiza desde otro país, sentando
otra coincidencia: lo hace mientras los vuelos desde el territorio continental
argentino se hallan suspendidos, después de que la Presidenta hiciera la propuesta
de aumentar su frecuencia pero reemplazando a LAN Chile por Aerolíneas
Argentinas. ¿Es posible que un mismo viaje se aporte a los intereses de un
estado y una empresa extranjeros, a la vez que se contrarían los intereses
nacionales? Parece que sí: Cobos lo hizo (lo está haciendo).
6.
Cobos
prometió evitar cualquier encuentro oficial o gesto que pudiera tomarse como
provocación en las islas. Creo que está haciendo magníficamente bien las cosas
respecto de su segunda promesa: todos los gestos, hasta ahora, sólo ofenden a
los intereses argentinos. Y vienen expresados por quien se propone como
candidato a la Presidencia de la Nación.
En nuestra
historia, sólo otro político se atrevió a tanto. Guido di Tella, en el año 2000, cuando ya había dejado su cargo
como ministro de Relaciones Exteriores de Menem. Seguramente todavía pueden
recordar su vergonzosa y vergonzante campaña
de seducción hacia los malvinenses (nunca tan bien representada como el
regalo de ositos Winnie the Pooh con que los sorprendió en 1998) tan lejos de
las históricas políticas en las que Argentina les proveía de asistencia, salud
y educación.
¿Será que
Cobos propone una política exterior a modo de vuelta de tuerca remozada al
ditellismo? Esto que ha mostrado no está muy lejos de serlo.
Viviana Taylor